Quiero denunciar el fenomenal atasco y el abandono del domingo día 3 de julio en la autopista A-8, a las ocho menos cuarto de la tarde, entre el Alto del Praviano y la entrada a Avilés, por la ausencia de señales y avisos luminosos y por la desaparición de las fuerzas del orden público y de los de mantenimiento para auxiliar y organizar al vehículo que formó involuntariamente el fenomenal atasco de unos cuantos kilómetros, con demoras de 45 a 60 minutos, sin indicación de ningún tipo. Ahora, si fuera para sancionar o prohibir algo para su comodidad, seguro que hubieran aparecido.

No sé si será una huelga encubierta por la Guardia Civil de Tráfico o, como le pasa a Vueling, una reivindicación encubierta por la falta de personal y de medios, al igual que los de mantenimiento de la carretera. Y eso que era el primer fin de semana del comienzo de las vacaciones, en los meses importantes del año, en que la gente viene o se va de viaje, y sin la "operación salida" famosa.

Bueno, como se puede intuir, un caos total con un porrón de kilómetros y de tiempo, de 45 a 60 minutos de demora, y la gente, como siempre, a sufrir y quemar energías, hasta que se cansen de estos desprecios de atención a los ciudadanos.