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La ciencia asturiana reclama más ambición en el plan de retorno del talento emigrado

Los empresarios alaban que se dé "el primer paso" aunque "limitado", mientras IU exige medidas adicionales y el PP habla de "tomadura de pelo"

Alberto González. ARCHIVO

El plan de retorno de científicos asturianos emigrados que ha elaborado el Gobierno regional, "novedoso en España", recibió ayer una tímida aprobación en el circuito de investigadores asturianos y en el ámbito empresarial, que mostró cierto escepticismo. La opinión general es que es "un primer paso" aunque "insuficiente" si lo que se pretende es cambiar el modelo productivo de la región. Y es que, según los cálculos iniciales, el Principado correría durante dos años con el 80% del coste laboral del trabajador que sea contratado por una empresa o un centro de investigación -calculado sobre un máximo de 40.000 euros brutos anuales-, lo que supone que daría en el mejor de los casos para la contratación de una decena de científicos.

Este programa era uno de los compromisos del pacto de investidura de los socialistas con IU, que ayer exigió medidas complementarias "para que no quede en papel mojado". También es uno de los acuerdos del último pacto de concertación. La patronal FADE indicó ayer "es un primer paso positivo", aunque "limitado". El PP cargó duramente contra el plan del Ejecutivo socialista, calificando la iniciativa como "una tomadura de pelo" que conlleva "un gasto" y no una inversión, y reclamó un programa "más ambicioso" que incluya rebajas fiscales para las empresas.

El último Consejo de Gobierno aprobó una inversión de 622.500 euros en ayudas de aquí a 2018 para que empresas y centros de investigación atraigan con sus proyectos a jóvenes investigadores asturianos que se han visto obligados a emigrar y que quieran volver "a casa".

El consejero de Industria y Empleo, Francisco Blanco, presentó el plan advirtiendo de la carencia de financiación y de las dificultades para lograr dotación económica en prórroga presupuestaria. También destacó que por su propia naturaleza es "especial" y que esta primera convocatoria permitirá tomar decisiones de cara al futuro. Por todo ello reclamó la complicidad y compromiso de las empresas para sacarlo adelante.

Los aspirantes deben acreditar una experiencia mínima de dos años en las áreas de investigación y desarrollo objeto de la convocatoria: materiales avanzados y sostenibles, nuevos modelos de producción, suministros y tecnologías para redes, el "polo industrial del acero", la producción agroalimentaria y el bloque temático que agrupa el envejecimiento demográfico y la calidad de vida.

Pablo Alonso, nanotecnólogo natural de Grado y retornado a Asturias para continuar con su investigación sobre el grafeno, aplaudió ayer la iniciativa, aunque la consideró escasa. "Es una buena noticia, como la aprobación de las becas Severo Ochoa, pero no es una apuesta fuerte que asegure a los retornados un futuro a medio plazo. Fuera de Asturias, precisamente por los que se van a estudiar y a trabajar a otros sitios, se conoce la excelente calidad de vida en la región. Si se hiciera una apuesta realmente importante, estoy seguro de que daría resultado".

Fuentes próximas a los centros tecnológicos y de I+D+i coincidieron en que "la idea es buena y es suficiente el dinero si se tiene en cuenta que ya es muy tarde", resumió una de las fuentes consultadas. Otra explicó que "para empezar, hay que publicarlo, sacar la convocatoria, revisarla... Cumplir con todo el formalismo legal de las ayudas públicas y eso llevará meses. Así que en realidad se está hablando de que los 622.500 euros serán para los próximos dos años. Si las cosas se hacen bien será positivo. Pero vamos a ver ahora cómo lo desarrollan".

El Consejero pidió en la presentación la complicidad de las empresas, pero la patronal no conoce aún el plan. El director general de FADE, Alberto González, explicó que el programa "figuraba en el pacto de concertación y nos alegra que hayan trabajado en ello. Es un primer paso importante, pero limitado. Esperamos que sea un proyecto efectivo. A ver cómo se materializa".

El plan de retorno del talento emigrado también figuraba en el pacto de investidura del PSOE e IU, cuyo diputado en el Parlamento asturiano, Gaspar Llamazares, advirtió de que "para que no quede en papel mojado, hay que mantener a los que están ya investigando en Asturias". Por eso reclamó una tramitación más ágil de las becas; cambiar la gestión de los centros tecnológicos "sin caza de brujas"; negociar el contrato programa con la Universidad y evaluar y "relanzar" el plan de investigación.

El diputado y portavoz de Juventud del PP en la Junta General, David González Medina, criticó que "el Plan anunciado por Javier Fernández a bombo y platillo tras su acuerdo con IU sólo llegue para atraer a diez" científicos, y lamentó además los "requisitos especialmente restrictivos" impuestos por el Ejecutivo.

González Medina señaló en un comunicado que "son decenas de miles los jóvenes que han tenido que irse de Asturias por la falta de oportunidades y el paro, muy relacionados con la alta fiscalidad y con el entramado de empresas creadas por el PSOE en dos décadas, todo ello seña de identidad de los gobiernos socialistas". El PP reclamó "un verdadero plan, ambicioso, que incluya una bajada en los impuestos, eliminando el de Sucesiones y rebajando el IRPF autonómico, y que contemple bonificaciones para empresas y emprendedores que contraten a jóvenes".

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