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IVÁN MUÑIZ LÓPEZ | Arqueólogo

"La historia del reino astur es de sangre y fuego y el Camino forma parte de ella"

"El rey apoya la inventio de la tumba de Santiago pero no se plantea su traslado"

Iván Muñiz, ayer en el aula magna, en Oviedo. FERNANDO RODRÍGUEZ

-¿Se imagina el Camino de Santiago por Asturias en el siglo IX?

-El Camino se conoce a partir de los siglos XI y XII cuando se normaliza, y es a partir del siglo XIII cuando se hacen ya muy evidentes las partes añadidas. Se consolida una ruta pero otros muchos tramos desaparecen en el paisaje. La arqueología de la peregrinación es muy tímida.

Iván Muñiz López (Piedras Blancas, 1974) es doctor en Historia, miembro del Grupo de Arqueología Medieval de la Universidad de Oviedo, profesor de la UNED y especializado en Cultura Medieval y Patrimonio. Ayer participó en el simposio internacional sobre el Camino Primitivo, en Oviedo.

-Un Camino que se basa en una tumba, la de Santiago, que nunca fue encontrada.

-El Camino de Santiago es ante todo algo muy ideológico. La presencia de Santiago en España se basa en noticias breves, ambiguas y tardías, pero a la monarquía asturiana le interesaba la revelación de la presencia de los restos del apóstol, y que el escenario fuera Galicia, que era algo así como un espacio rebelde, un foco de poder que era un quebradero de cabeza para los reyes de Asturias. La mayoría de las rebeliones y conspiraciones de la época, que es muy dura, se suceden en lo que hoy es la provincia de Lugo.

-¿El ideólogo es Alfonso II o Alfonso III?

-Alfonso II impulsa y respalda la inventio de la tumba de Santiago, no cabe duda. Alfonso III, por su parte, la consolida y probablemente genera tensiones muy fuertes con el clero ovetense. Las crónicas asturianas silencian el culto jacobeo, y esas crónicas tenían fuentes emanadas de la Iglesia local.

-¿Santiago convertido en un intruso?

-Santiago viene a sustituir a los dos grandes santos protectores, San Salvador y San Martín, ambos con una fuerte carga guerrera. En el siglo IX, por ejemplo, San Martín sigue teniendo un potencial enorme y marca el principal consumo de reliquias. Y el gran patrón del reino de Asturias era, por supuesto, San Salvador. Seguro que el proyecto ideológico de la monarquía asturiana en torno a la figura de Santiago no encontró demasiado consenso aquí. Es muy sospechoso que en las últimas consagraciones de Alfonso III, entre ellas la de Valdediós, están presentes obispos galaicos y portugueses, pero no aparece reflejada la presencia del obispo de Oviedo. El rey apoya la inventio de la tumba de Santiago pero no se plantea la traslación de resto alguno a Oviedo, que no hay que olvidar que era la sede regia.

-Hubiera cambiado la Historia. Oviedo convertido en Santiago de Compostela, por así decirlo. Y con millones de peregrinos.

-Y el Camino de Santiago que acabaría aquí, en Asturias. Pero en aquellos momentos para los monarcas del Reino de Asturias Santiago les era de una mayor utilidad política e ideológica en Galicia y no en Oviedo. Alfonso tenía un interés enorme en ganarse el espacio gallego y su aristocracia porque, repito, Galicia era un foco de poder con autonomía, independiente y, sobre todo, con fuerza. En esa época se trasladaron restos de dos mártires desde Córdoba. La historia de la monarquía asturiana es una historia de sangre y fuego, y el Camino de Santiago es parte de ella.

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