La población osera de la cordillera Cantábrica está en constante ascenso: actualmente se superan los 230 ejemplares, según el último censo elaborado por las comunidades autónomas de Galicia, Asturias, Cantabria y Castilla y León. Esta tendencia demográfica positiva se debe al aumento de las osas con crías, que en la última década crecieron un 37,5%. La consejera de Desarrollo Rural y Recursos Naturales, María Jesús Álvarez, reveló ayer que en 2015 se contabilizaron un total de 40 hembras -34 en el occidente y 6 en el oriente- con 64 esbardos -55 en el occidente y 9 en el oriente-, el máximo desde que comenzó su recuperación en 1990. Conectar las dos subpoblaciones sigue siendo un reto, pero el Principado aprecia una sustancial mejora. "Los datos son buenos. En un plazo de tiempo relativamente corto confiamos en que la especie salga del peligro de extinción", afirmó Álvarez.

La Consejera compartió su satisfacción con los directores generales de Recursos Naturales del Principado, Manuel Calvo, de Conservación de la Naturaleza de Cantabria, Antonio Lucio, y del Medio Natural de Castilla y León, José Ángel Arranz. Todos ellos se congratularon por el avance experimentado en una de las especies más amenazadas del mundo. La estimación total de la población se sitúa entre los 230 y los 260 ejemplares, de los cuales entre 190 y 200 se encuentran en el occidente y al menos 40 en el oriente. En 2005 había tan sólo 15 osas con crías, mientras que el año pasado se contabilizaron 40.

Como dato importante, Manuel Calvo señaló que en 2015 se localizó una hembra con oseznos en la zona central (el corredor del Huerna) que avanzaba hacia Cantabria. Este hecho es importante, pues las osas son más territoriales que los machos y es muy difícil que se muevan de su hábitat. "Los corredores están siendo cada vez más utilizados. Eso demuestra que la ocupación del territorio está siendo mayor", destacó por su parte José Ángel Arranz.

El seguimiento de los plantígrados se realiza mediante un método de conteo que permite estimar la tendencia demográfica de la población. El censo, según detalló la consejera de Desarrollo Rural, se coordina entre el personal técnico y la guardería de los departamentos de conservación de la naturaleza de las cuatro comunidades autónomas, que cuentan con el apoyo de ONGs dedicadas a la conservación de la especie. Algunos de sus representantes, como José Tuñón, de la Fundación Oso de Asturias (FOA) y Guillermo Palomero, de la Fundación Oso Pardo (FOP) estuvieron ayer presentes en el acto, celebrado en Oviedo.

La evolución del oso pardo ha sido posible gracias al "trabajo compartido" de las cuatro regiones que integran la cordillera Cantábrica. Los esfuerzos realizados hasta la fecha tienen que ver con la mejora del hábitat, la recuperación de los corredores, la educación ambiental... Ahora, las administraciones se enfrentan a nuevos retos, como es la regulación del turismo de avistamiento de osos. "Las interacciones entre el oso y el hombre son cada vez más frecuentes. Eso nos obliga a trabajar de forma conjunta y regular esta actividad. Es cierto que el Ministerio ha puesto sobre la mesa unas directrices, pero tenemos que concretar más", aseguró el director general de Conservación de la Naturaleza de Cantabria, Antonio Lucio. En este sentido, su homólogo asturiano, Manuel Calvo, adelantó que se está elaborando un protocolo de actuación con osos "conflictivos", que está "bastante avanzado". "Ya hay un borrador hecho y esperamos presentarlo pronto en el Ministerio", concluyó.