Juan José Collado Solís sacó su primera licencia de pesca en 1923, con 10 años. Aquel fue el inicio de una afición a la que estuvo vinculado el resto de su vida. Entonces se podía pescar todo el año, pero era complicado hacerse con los materiales necesarios, no existía el nylon, ni botas de goma, carretes de lance, etc. Pescaba truchas, a mosca y cebo, por los ríos Nora y Piloña con una caña enteriza. El aprendizaje no fue fácil, ya que los profesionales de la pesca no desvelaban sus trucos. Años más tarde, fueron apareciendo los primeros carretes y las primeras cañas enchufables, con las cuales realizó memorables pescatas de truchas por los ríos asturianos, cuando las carreteras aún tenían hierba, cuando era toda una aventura ir de Oviedo a Arenas de Cabrales o a Cangas del Narcea. Años gloriosos donde sus pequeños devones y cucharillas caseras causaron estragos con las truchas.

En 1931 marchó a Madrid a estudiar, interrumpiendo su gran afición. Allí hizo buenas amistades que años más tarde tendrían su influencia en la recuperación de los ríos de Asturias. En 1934 se trasladó a estudiar farmacia a Santiago de Compostela donde, ahora sí, podía pescar truchas por innumerables ríos y arroyos. Finalizado el último curso de carrera empezó la guerra civil española, y tuvo que ingresar en el ejército, en Oviedo. Al enterarse un superior que era farmacéutico, le destinó a Ibias, donde también tuvo una estancia feliz gracias la abundante pesca de los ríos de la zona. Esto da idea de la importancia que desde su niñez tuvo la pesca para Juan José Collado. Finalizado el conflicto le ofrecieron la posibilidad de seguir en el ejército, pero declinó la misma por no alejarse de su Asturias natal.

Fue así como decidió poner una farmacia en Oviedo, primero en la calle Covadonga y años más tarde en la calle Caveda. En aquellos tiempos, varios aficionados del río Sella trataban de ordenar la pesca a través del denominado Coto del Sella, o Sindicato de Pescadores Profesionales del Sella, del cual Juan José formó parte desde un principio. Durante una celebración en Cangas de Onís, los integrantes del Coto del Sella lograron mostrar a los representantes de la Diputación unos salmones, con la intención de que vieran la majestuosidad de semejantes peces, y así tratar de convencerles para que apostasen por la pesca deportiva y la recuperación de los ríos. Ese año la Diputación creó una subvención anual para cubrir los gastos de seis guardas. Esta puede considerarse la primera piedra en la recuperación de los ríos de Asturias.

En su farmacia tenían lugar célebres tertulias de pesca, caza y montañismo. Tal fue la fama que adquirieron que desembocó en la creación de la Sociedad Asturiana de Pesca, la Sociedad Astur de Caza y el Grupo de Montañeros Vetusta. Los inicios de la Sociedad Asturiana de Pesca tuvieron lugar durante la celebración de una cena en Gijón. Después de una cacería, el grupo de la tertulia de la rebotica de Collado decidió invitar a cenar a los amigos de Gijón. Estos, días más tarde, devolvieron la invitación a los ovetenses en el restaurante Mercedes de la villa asturiana. Fue allí donde Collado lanzó la idea de crear la sociedad de pesca y ante los presentes leyó el anteproyecto que había elaborado de la que hoy día es la Real Asociación Asturiana de Pesca Fluvial.

Un buen día, cansado de la penosa situación de los ríos asturianos, y del poco control que se ejercía sobre el brutal furtivismo, escribió una carta en la que criticaba duramente desde el Ministro hasta los Ingenieros de Montes. Tanta repercusión tuvo aquella carta que, finalizando la temporada de 1949, fue citado en Santander para hablar sobre el tema y buscar posibles soluciones. A pesar de la escasez de recursos económicos del momento, se comprometieron a mandar un nuevo Ingeniero a Asturias, y arreglar la escala de Caño para que los salmones pudiesen subir fácilmente a la zona alta del Sella, hasta entonces prácticamente infranqueable. Todo un hito en la historia de la pesca fluvial en Asturias. Ya aquella temporada el Sella había dado 715 salmones, y fue el preludio de los años dorados que estaban por llegar. Se inició la lucha contra el furtivismo, se hicieron las reservas para conseguir reproductores y atender compromisos oficiales, se acondicionaron pozos y accesos, se construyeron refugios de pesca, etc. Poco a poco, en el resto de ríos, Narcea, Cares, Navia, etc., se fueron realizando actuaciones similares. Los desvelos de tantos años, aquellos esfuerzos iniciales por concienciar a la gente sobre el beneficio de la pesca deportiva desembocaron en los 5713 salmones capturados en los ríos de Asturias en 1954, de los cuales 2871 salieron de las aguas del río Sella.

Perfil

Juan José Collado Solís nació en 1913 y falleció en 1992. Ejerció durante 50 años como farmacéutico. En su popular rebotica se fundaron la Sociedad Asturiana de Pesca, la Sociedad Astur de Caza y el Grupo de Montañeros Vetusta. Escribía reportajes de caza y pesca con los seudónimos Juan del Monte o Juan del Río respectivamente, y también realizaba una emisión en la radio de Oviedo llamada Venator.

Casado con María Luisa Prieto, natural de Margolles, lo que le vinculó al río Sella el resto de su vida.

Fue parte activa en la recuperación de los ríos asturianos a mediados del pasado siglo. Lo que se tradujo en los mejores años de la pesca del salmón en Asturias.