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Dos universitarios asturianos obtienen una beca en la meca mundial de la clonación

Nicolás Piñera y Covadonga Fernández, estudiantes en el Reino Unido, trabajarán en Sooam Biotech, organización líder en réplicas animales

Nicolás Piñera y Covadonga Fernández. LAURA CARADUJE

"Dentro de unos años, si tienes un cáncer, no se va a curar con un tratamiento como ahora o con una pastilla. Se clonará ese órgano a partir de uno sano y se sustituirá uno por otro". Así de claro lo tiene Nicolás Piñera, un joven asturiano, estudiante del doble grado de Ingeniería Electrónica y de Telecomunicaciones en la Universidad de Cardiff (Reino Unido), que ha sido aceptado en un programa de prácticas de la prestigiosa organización surcoreana Sooam Biotech, la meca mundial de la clonación de animales.

Junto a él viajará su amiga Covadonga Fernández, estudiante de Genética Médica en la Universidad de Huddersfield (Reino Unido), una casualidad casi milagrosa, ya que la fundación únicamente acepta dos alumnos de prácticas al año durante un periodo de ocho meses. Sooam Biotech, fundación sin ánimo de lucro, es una organización "única en el mundo, nadie hace lo que ellos. De hecho, los instrumentos que utilizan los crean ellos mismos", como explica Piñera. Sooam Biotech está especializada en estudios de biotecnología, con aplicaciones en el mundo de la biomedicina y la industria. Para ello, la organización utiliza células madre embrionarias en combinación con tecnología de transgénicos.

La principal actividad de esta fundación es la clonación animal. De hecho, una de sus mayores fuentes de financiación es la clonación de mascotas, más concretamente de perros. "El animal no sufre ningún daño. De hecho, cuando llega a las instalaciones ya está muerto", enfatiza Covadonga Fernández. Lo que realmente hace Sooam Biotech, a fin de cuentas, es devolver a la vida un animal muerto. Consigue una copia idéntica física y genéticamente de la mascota fallecida. "Se están aprendiendo muchísimas cosas sólo de la clonación de un perro. El avance es evidente", asevera Piñera.

No obstante, llegados a este punto surge el dilema moral de si realmente es ético cambiar las leyes de la naturaleza. La opinión de Fernández es cristalina: "Me considero científica, estudio genética médica, ¿cómo no lo voy a ver bien? Siempre que no se salga de unos parámetros. No sé si llegaremos a clonar humanos para nuestro uso, aún queda mucho tiempo para ello. Lo importante es que no se nos vaya de las manos. Será la legislación la que tendrá que controlarlo en un futuro".

Otra vertiente de Sooam Biotech quizás sea la que tenga mayor aplicación práctica en lo que ataña a los seres humanos, ya que desde la fundación surcoreana se está investigando con células madre embrionarias para conseguir clonar órganos humanos que puedan ser sustitutos de aquéllos que estén enfermos. Serían como las piezas de recambio de cualquier maquinaria. "No sé si llegaremos a ser inmortales, pero sí que la esperanza de vida va a ser mucho mayor", enfatiza Fernández.

"Hay un estigma sobre la clonación. No es meterte en una máquina, darle a un botón y que salgan 70 copias iguales que tú, casi como si fuesen zombis. No es así. Lleva tiempo, es superdifícil", explica Piñera. "Puede que algún día se llegue a clonar tu cuerpo, pero no tu identidad. Física y genéticamente va a ser igual, pero la personalidad va a ser diferente. Nunca vas a tener a otro tú", reafirma Covadonga Fernández, aunque ambos coinciden en que aún queda mucho que investigar para poder llegar a estos extremos.

Otra de las patas más importantes de Sooam Biotech es la preservación de las especies en peligro de extinción. "Se está trabajando mucho para ello, es una seguridad saber que tienes una muestra de esa especie para clonarla en caso de que vaya a desaparecer", analiza Piñera. Sin embargo, Sooam Biotech lleva esta idea al límite: quiere conseguir un ejemplar de mamut vivo. "Si puedes y tienes la capacidad y el conocimiento para ello, ¿por qué no hacerlo?", se pregunta Covadonga Fernández. "Habría que intentar conseguir una célula del mamut, con sangre que haya absorbido un mosquito que esté conservado en un ámbar. Eso es complicado. Es difícil encontrar células que sean viables para utilizar después de miles de años muertas", enfatiza la joven asturiana. Es difícil predecir cómo va a ser el devenir de estas actividades en los próximos años, pero en Sooam Biotech por norma general la realidad supera a la ficción. Y estos dos jóvenes asturianos vivirán unos meses en ese mundo futuro ubicado en Corea.

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