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Los que esquivan la "tijera" de Montoro

Cuatro ayuntamientos asturianos han esquivado, por diferentes motivos, la tijera con la que el Ministerio de Hacienda pretende obligar a cerrar las empresas municipales deficitarias. De los seis concejos que en algún momento han rebasado los 50.000 habitantes, Gijón y Mieres han recibido cartas conminatorias del departamento que dirige Cristóbal Montoro para la liquidación de las sociedades con pérdidas -la del transporte urbano de Mieres y las de transporte, vivienda y festejos de Gijón-. De los demás, sólo Avilés cuenta con empresas de titularidad íntegramente pública, tres, pero están saneadas. Oviedo, Langreo y Siero no tienen ninguna.

Las sociedades de capital íntegramente municipal en Avilés son Ruasa, que gestiona aparcamientos y promociones de viviendas sociales; La Curtidora, al cargo de un vivero de empresas, y Servicios Auxiliares, para el mantenimiento de las instalaciones municipales. Las tres, según aclaró ayer la Alcaldesa, Mariví Monteserín, están sometidas a la Ley de Racionalización y Sostenibilidad de la Administración Local, que ampara las cartas conminatorias del Ministerio, pero todas ellas "se encuentran en situación de equilibrio financiero y buena gestión, por lo que su continuidad está totalmente garantizada".

Oviedo, donde los grandes servicios están privatizados, no está afectado por esa razón de peso por la fiebre del recorte de empresas endeudadas. La titularidad pública se restringe casi exclusivamente a la Fundación Municipal de Cultura, que sin embargo tiene consideración jurídica de organismo autónomo local.

El concejo de Siero está en este aspecto en situación similar respecto a las cartas conminatorias del Gobierno. No cuenta con empresas públicas. La gestión de los servicios que da el Ayuntamiento es o bien directamente municipal o ha sido externalizada. En este último caso están únicamente el servicio de recogida de basura y el mantenimiento de algunas zonas de parques y jardines. Se trata, en todo caso, de contratos por el servicio, nunca de empresas de titularidad pública.

La única tentativa de los últimos años de contar con una empresa pública fue la idea del PSOE de Guillermo Martínez, a principios del mandato anterior, de gestionar el auditorio de la Pola a través de una sociedad mercantil pública con capital social municipal. El mandato de Guillermo Martínez duró muy poco, ya que a los nueve meses de acceder al poder, una moción de censura aupó a la Alcaldía al forista Eduardo Martínez Llosa.

También se planteó, tanto en época del socialista Juan José Corrales como posteriormente durante el mandato de Martínez Llosa, la privatización del servicio de aguas, gestionado por el propio municipio. Sin embargo, en ninguna de las dos ocasiones llegó a cuajar la iniciativa.

Tampoco el Ayuntamiento de Langreo tiene empresas públicas. Únicamente forma parte, junto con Aqualia, de una sociedad mixta que gestiona el ciclo integral del agua en el concejo. El Consistorio tiene un 51 por ciento de la participación en una empresa que desarrolla su labor desde 2006 y que tiene una concesión de 25 años. El servicio de recogida de basura es municipal y los equipamientos dependientes del Consistorio son gestionados por personal del Ayuntamiento o bien su explotación ha sido externalizada, como es el caso del Ecomuseo Minero del Valle de Samuño.

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