Gustavo Bueno volvió a la tierra en su tierra. La ciudad natal del filósofo, Santo Domingo de la Calzada, le despidió con una larga y emotiva ceremonia en el salón de actos del Ayuntamiento, acompañada por las palabras de sus hijos, sus nietos y su hermano Fernando y las notas de sus piezas preferidas de Juan Sebastián Bach. La idea fuerza de la permanencia del sistema filosófico instituido por Bueno, el materialismo filosófico, y la prueba de su vigencia en la inauguración, precisamente hoy, de la Facultad de Filosofía de León (México), inspirada en el paradigma, recorrieron un acto en el que Gustavo Bueno hijo quiso hacer sobresalir la "alegría" de dos vidas plenas, las de su padre y su madre, fallecidos con dos días de diferencia, sobre la tristeza de la muerte física. El secretario de la Fundación Gustavo Bueno, Tomás García, resumió la idea diciendo adiós al "filósofo del siglo" con un sentido "la muerte no es el final, todos sabemos que su filosofía es inmortal".