La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Medio centenar de sidrerías optan al sello de calidad que impulsa el Principado

Experiencia en el sector, escanciadores profesionales y gastronomía tradicional, entre los requisitos exigidos

Medio centenar de sidrerías optan al sello de calidad que impulsa el Principado

Un total de 55 establecimientos de la región aspiran a contar con el sello de calidad turística para sidrerías que impulsa el Principado siguiendo el modelo de Casonas Asturianas o Mesas de Asturias. El plazo de presentación de solicitudes concluyó hace una semana y, ahora, los candidatos recibirán una guía de autoevaluación, basada en los requisitos técnicos de la marca, para analizar en el plazo máximo de un mes si están en disposición de cumplir las condiciones exigidas. En el caso de que el resultado sea positivo y de que el hostelero decida seguir adelante, tendrá que pasar una auditoría definitiva de la Dirección General de Comercio y Turismo.

Entre los requisitos básicos para poder optar a la marca, y con el objetivo de cerrar el paso a advenedizos, el Principado obliga a que el hostelero cuente al menos con cuatro años de experiencia probada en el sector de la sidra, así como que su negocio lleve dos años inscrito como sidrería-bar o sidrería-restaurante en el Registro de Empresas y Actividades Turísticas. A partir de estas condiciones, también exige tener camareros que sepan escanciar de forma correcta y ofrecer al cliente, como poco, una sidra con denominación de origen. Además, la oferta gastronómica de los establecimientos acogidos al sello "Sidrerías de Asturias, Calidad Natural" tiene que estar basada en materias primas autóctonas, de forma que al menos el 70% de los platos y raciones de la carta tengan un nombre vinculado a la identidad y la cultura asturiana o que más de la mitad de los productos empleados en su elaboración sean de la tierra.

De igual forma, el reglamento emplaza a las sidrerías de calidad a disponer de amplia información turística sobre su entorno y sobre Asturias en general, destacando la oferta gastronómica. También resulta obligado que cuenten con los recursos necesarios para promocionar e informar a los clientes sobre experiencias de ocio ligadas al mundo de la sidra y del llagar.

Otro requisito exigible es que el establecimiento tenga implantadas líneas de gestión medioambiental, como son, por ejemplo, el ahorro energético, el ahorro hídrico, el uso de productos de limpieza biodegradables y, cuando sea posible, la segregación de los residuos.

Aunque no es obligatorio, también se valorará para la concesión de la marca que la decoración de todos los espacios destinados a los clientes esté especialmente cuidada, respondiendo a la cultura tradicional asturiana y con una ambientación típica para el servicio de la sidra. Igualmente, se tendrá en cuenta la incorporación de elementos decorativos propios del ámbito geográfico concreto en el que se encuentra ubicado el local.

La autorización autonómica para el uso de la marca tendrá una duración bianual, pudiendo ser renovada dentro del año natural en el que quedaría caducada. Turismo advierte de que se trata de un sello que se otorga al establecimiento y no a su propietario, que no podrá usarlo en otros negocios o actividades, ni tampoco transmitirlo a terceros. El cambio de titularidad de la sidrería supondrá la revocación inmediata de la marca.

La revisión del cumplimiento de los requisitos se realizará mediante una auditoría anual, alternando una de instalaciones y equipamientos con otra centrada en los servicios.

Los establecimientos que resulten seleccionados deberán colocar en un lugar bien visible el anagrama identificador, así como incluirlo en todas las acciones promocionales que lleven a cabo. Se trata de un logotipo realizado por el diseñador gijonés Paco Currás, junto a sus colaboradores Eva Sandoval y Julio Álvarez, que cuenta con una enseña en tonos verdes que lleva la leyenda "Sidrerías de Asturias, Calidad Natural".

Compartir el artículo

stats