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La conservación de los ecosistemas

Los expertos alertan de la contaminación marina que genera el botellón en la costa

Cientos de kilos de plásticos llegan al Cantábrico por vía fluvial, a causa de los vertidos de romerías multitudinarias celebradas cerca del litoral

Los expertos alertan de la contaminación marina que genera el botellón en la costa

Los vertidos incontrolados de plásticos y otros desechos en las grandes fiestas y botellones que se celebran en la costa o cerca de la desembocadura de los ríos asturianos están contribuyendo gravemente a la contaminación del mar Cantábrico. Se trata de un fenómeno creciente que ha sido detectado por los expertos y que, a su juicio, debe ser solucionado con una mayor concienciación ciudadana y, también, con acciones concretas por parte de las administraciones.

Un par de datos dan buena idea de la magnitud del problema: una simple botella de plástico tarda 450 años en descomponerse en la mar y una bolsa de medianas dimensiones ya ha provocado la muerte de un zifio de seis metros de largo y dos toneladas de peso en el litoral avilesino. "Tenemos confirmadas varios fallecimientos de cetáceos en nuestra costa a causa de los plásticos. Un ejemplar tenía siete kilos y medio de ese material en el intestino", asegura Luis Laria, presidente de la Coordinadora para el estudio y protección de las especies marinas (Cepesma).

Laria subraya que la creciente presencia de plásticos en los mares es un problema global que también golpea al Cantábrico. Y ahí señala la responsabilidad de algunas de las grandes fiestas que se celebran en la región durante el verano. También la de los botellones que tienen lugar en los puertos. "En el Aquasella o en el campo de San Timoteo, por ejemplo, se tiraron kilos y kilos de plásticos a los ríos, y eso llega al mar", asevera el presidente del Cepesma, que, a la hora de localizar puntos concretos de la costa asturiana con abundante presencia de desechos, apunta a "una zona conocida como El Cuerno cerca de Otur", en la que "a apenas veinte metros de profundidad hay una gran concentración".

José Luis Acuña, director del comité científico del Observatorio Marino de Asturias, dependiente de la Universidad de Oviedo, confirma que varios estudios realizados en la institución académica ya han puesto de manifiesto la abundante presencia de plásticos en las desembocaduras de los ríos de la región. Y reconoce que parte de ellos proceden de actividades festivas. A su juicio, para revertir esta situación hacen falta "acciones políticas adecuadas" y "educación". Al concretar, aboga por minimizar el uso de bolsas de plástico: "No puede ser que cuando vas a la frutería te den una para manzanas, otra para naranjas y otra para plátanos".

Un reciente estudio de Greenpeace certifica que los tóxicos provenientes de los microplásticos que están en el agua en suspensión, y que apenas son perceptibles para el ojo humano, no solo suponen un grave problema para los ecosistemas marinos, sino una potencial amenaza para la salud de los humanos. Y es que aunque sus efectos todavía no han sido precisados, hay constancia científica de la presencia de microplásticos en pescados y mariscos destinados al consumo.

Los pescadores

Las cofradías de pescadores asturianas son conscientes del problema de los plásticos, pero precisan que en la costa regional no tiene la magnitud que alcanza en otros puntos del planeta. Ni siquiera en el Mediterráneo. Salvador Fernández, patrón mayor de Cudillero, considera que, dentro de lo que cabe, el Cantábrico se conserva limpio, aunque haya algunas zonas -como "al final del cañón de Avilés"- que no presenten tan buen estado. "Este es un mar muy batido, que expulsa materiales como los plásticos hacia la costa", apunta el pescador pixueto, que tampoco aprecia cambios de relevancia en los últimos años, por mucho que el informe de Greenpeace subraye que el problema de la presencia de microplásticos en las aguas avance a gran velocidad. "Alguno siempre se vio, pero no hay más que antes", apunta Fernández.

El patrón mayor de las cofradías asturianas, Dimas García, tampoco cree que los plásticos supongan un grave problema para la costa cantábrica, entre otras cosas por el compromiso de los propios pescadores. "Si vemos alguno, lo sacamos del mar para llevarlo a puerto", afirma.

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