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ARMANDO FELGUEROSO | Miembro de la Compañía Asturiana de Comedias

"La cultura del pueblo no muere nunca porque está en el corazón de la gente"

"Las compañías de teatro profesionales no apuestan por el costumbrismo porque hacen falta muchos actores y eso eleva los costes"

Armando Felgueroso durante una actuación en Oviedo. MIKI LÓPEZ

Se define a sí mismo como "un currante del teatro". Y es verdad. Miembro de la Compañía Asturiana de Comedias, Armando Felgueroso lo mismo actúa en una obra que monta la escenografía para una función, que realiza trabajos de dirección. Sin caérsele los anillos y, sobre todo, sin presumir. Porque a esta navaja suiza -aunque más correcto sería decir de Taramundi- de la formación teatral más longeva de la escena costumbrista regional ni ser galardonado con un premio "Aurora" (una de las más reputadas distinciones del teatro popular) se le sube a la cabeza.

-Lleva 29 años vinculado a la Compañía Asturiana de Comedias y, desde entonces, la escena costumbrista regional no ha parado de crecer. ¿A qué es debido?

-Es un cúmulo de cosas. Por un lado, a partir de la llegada de la democracia, y con el Estado de las autonomías, cada región se hizo más indentificativa de sí misma. De esta manera, cada comunidad empezó a resaltar sus quehaceres y cultura popular. Aquí tenemos la suerte, que no la tenían en otros puntos de España, de contar con un teatro popular y, de esta manera, gracias a las compañías amateurs se potenció.

-¿Por qué son siempre amateurs las compañías que representan escena costumbrista?

-Los grupos profesionales no apuestan por ello porque el teatro popular tiene un problema: hacen falta muchos actores. No es lo mismo montar una obra con dos personajes que con catorce, y eso sube mucho los costes.

-Pues otra cosa no, pero el costumbrismo vende.

-Y mucho. Hay una gran afición que, además, se ha transmitido de abuelos a nietos. Los abuelos llevaban a sus nietos al teatro popular para que conociesen las costumbres y otra visión de la sociedad asturiana y, posteriormente, los pequeños se hicieron asiduos a la escena. De ahí viene el boom actual.

-Y eso que el teatro está en crisis.

-Sobre todo, por falta de público. Con todos los medios que tenemos a nuestro alcance, entre móviles, tablets, Youtube... Es muy difícil competir. Pero uno de los fines del teatro amateur es generar público para los profesionales.

-¿Cómo lo hacen?

-Porque creamos afición y conseguimos llevar a gente de un lado al otro. Del mismo modo que pasa por los actores. Cada vez son más los que dan el salto al profesionalismo sin haber pasado por escuelas. Simplemente con experiencia en compañías pequeñas.

-¿Y qué me dice de ese público que considera que el teatro costumbrista es una "paletada" y que sólo sabe reírse de lo asturiano?

-En estos casos yo siempre cito un monólogo de Marcos del Torniello que dice algo así como que "somos fatos porque queremos más lo que trae la gente de fuera que, por ser más fino, piensan que es mejor". Ese afatamiento de algunos inteligentes debe perderse. Que, precisamente, luego son muchos de ellos los que vienen al teatro a reírse... Pero si empezamos a criticar obra por obra, si cogemos teatro de cualquier autor como pueda ser Pirandello o Lorca, las obras no dejan de ser también costumbristas. ¿Por qué en Andalucía los Quintero, León y Quiroga son reconocidos y aquí, por ejemplo, se pisotea a Eladio Verde o a Pachín de Melás?

-¿Por qué?

-Porque el costumbrismo nació del pueblo. Porque no son gente de la burguesía, y ésta ciñe la cultura a la música o el teatro clásico, y no. La cultura es todo. Y la cultura del pueblo es la que no muere nunca, porque está en el corazón de la gente. No nos reímos de lo nuestro, es una representación de nuestras costumbres.

-¿Y a los que dicen que el costumbrismo es machista?

-En alguna ocasión me criticaron eso de algún monólogo. ¿Pero en qué mundo vivimos? Cuando se hicieron estas obras lo que había aquí era un machismo enraizado y, al final, es lo que se presente. Pero la gente parece que no mira más allá. Hay que ver qué es lo que te están mostrando con dos dedos de frente.

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