La tradicional cumbre universitaria de Ribadesella, organizada desde hace trece ediciones por LA NUEVA ESPAÑA, sirvió para recordar un año más a quien fue promotor del encuentro de rectores y exrectores, fallecido en julio de 2012. Gregorio Peces-Barba fue muchas cosas y muy importantes. Uno de los siete padres de la patria, ponentes de la Constitución; presidente del Congreso de los Diputados, alto comisionado de apoyo a las víctimas del terrorismo, primer rector de la Universidad Carlos III, catedrático de Filosofía del Derecho y enamorado de Asturias y de Ribadesella, en particular.
En el encuentro universitario de la pasada semana sus amigos y colegas recordaron su autoridad e ingenio, su capacidad para el diálogo y el debate, su potencial irónico y crítico, y aquellas largas vacaciones que él no perdonaba a la orilla astur del Cantábrico.
Y por encima de todo, un sentido profundo de pertenencia al ámbito educativo universitario. Gregorio Peces-Barba cambió la política de primera línea por la Universidad, y aseguraba no haberse arrepentido de aquella decisión.
SALVADOR ORDÓÑEZ: Hay que cultivar ese orgullo de pertenencia a la Universidad.
MANUEL VILLA: Pero para eso hay que tener barreras de acceso, poner numerus clausus, porque todo eso te facilita ese sentimiento.
GARCÍA GRANDA: Nosotros no tenemos vida en los campus como tienen los americanos.
SALVADOR ORDÓÑEZ: Aquí en España la gente llega a las ocho en punto y antes de que terminen las clases ya están mirando el reloj.
RAFAEL PUYOL: Ese grupo que se conoce como "los que se van en autobús" son en la Universidad española una institución.
GARCÍA GRANDA: Lo importante es el mensaje que nos habéis dejado todos de apoyar a la Universidad de Oviedo
SALVADOR ORDÓÑEZ: Y si hay que hacer una manifestación en apoyo, se hace.
