La veda del oricio en el litoral asturiano será finalmente de dos años. La Dirección General de Pesca sacará en los próximos días un decreto, en el que suaviza sus pretensiones iniciales. El Principado planteó en junio una prohibición "total y permanente", a la vista del retroceso poblacional de la especie y la desaparición de los bancos de explotación más importantes. La medida no fue bien recibida por el sector, que pedía una limitación de cuatro años y revisable. El documento que está a punto de publicarse opta por una solución menos radical, que afecta también a la ortiguilla, un tipo de anémona que de no ser controlada "podría comprometer su sostenibilidad en el tiempo".

Los pescadores deportivos se quejan de que la recogida de la ortiguilla sólo esté permitida para profesionales en determinadas temporadas y que su cupo máximo diario esté restringido a veinte kilos y el peso mínimo por pieza a quince gramos. "Los recursos marinos no son propiedad exclusiva de los pescadores profesionales y nos parece una grave vulneración de la Constitución que ellos puedan recolectar 20 kilos diarios para su venta y que un ciudadano no pueda pescar 100 gramos para llevarse a la boca", manifestó ayer en un comunicado la asociación de pescadores deportivos "Volver al pedreru".

Este colectivo "se alegra" de que la veda al oricio se haya reducido a dos años, aunque lamentan que la consejería de Recursos Naturales no haya tenido en cuenta su opinión. "Había otras medidas antes que prohibir las capturas. Se podrían haber puesto limitaciones de mareas y zonas, de forma que se conjugase la recogida con la preservación del recurso", indican.

La primera restricción en torno a los equinodermos la estableció la Dirección General de Pesca en 2013 y fue de ocho meses: entre abril y diciembre. Aquella medida no tuvo ningún efecto, pues la situación de la especie sigue siendo "mala". Los erizos de mar escasean en las lonjas asturianas, debido a que las capturas se han reducido a menos de la mitad durante el último año. En 2015 se subastaron sólo 9 toneladas, cuando en 2010 fueron más de 53 las puestas a la venta. Esta caída, sostenida en el tiempo, ha disparado los precios -hasta colocarlos en un máximo de 9 euros el kilo- y también ha provocado un aluvión de oricios procedentes de Galicia en los mercados asturianos. Según los expertos, el producto de la comunidad vecina es de peor calidad que el autóctono y tiene un sabor más dulce.

Los especialistas achacan el retroceso del oricio asturiano a la sobreexplotación del recurso, provocado en buena medida por los furtivos y las empresas conserveras dedicadas a la elaboración de productos "delicatessen". Los biólogos también apuntan como posible causa el calentamiento de las aguas por el fenómeno meteorológico denominado "El Niño". Sin embargo, una reciente investigación internacional, liderada por el oceanográfico langreano Mario Lebrato, demuestra lo contrario: organismos bentónicos, como los oricios, se están adaptando con éxito a un océano cada vez más ácido por la emisión de gases de efecto invernadero.

Para hacer frente a la desaparición progresiva de los equinodermos en Asturias, la consejería de Recursos Naturales ha desarrollado varios programas para su recuperación. El Centro de Experimentación Pesquera (CEP) repobló el pasado mes de junio el banco luarqués de la punta Focicón con más de 15.000 juveniles de esta especie.