El biólogo asturiano Javier Naves sostiene que la muerte del oso de Moal no solo es "muy grave" porque se pierde un ejemplar de una especie en peligro de extinción, sino también por lo que supone esa baja para el conjunto de la población cantábrica. "Se generan una serie de tensiones que desestructuran al grupo y que pueden tener consecuencias graves en la especie", subraya. A su juicio, lo sucedido en Cangas del Narcea "también pone de manifiesto que tenemos un problema de furtivismo que se obvia o se da a entender que no existe".
Aunque reconoce que la situación del oso es hoy "mejor" que hace quince años, Naves recuerda que la especie "sigue en peligro de extinción, sin que nadie se haya planteado cambiar ese estatus". "Seguimos hablando de un número de ejemplares bajo y los factores negativos de amenaza, como el furtivismo, siguen presentes", advierte el biólogo.
El último censo elaborado por las comunidades autónomas de Galicia, Asturias, Cantabria y Castilla y León sitúa por encima de los 230 el número de osos en la Cordillera. Se trata de una tendencia demográfica positiva que se explica por el contundente aumento de las osas con crías, que crecieron un 37,5% durante la última década. El Principado, con datos de 2015, contabiliza un total de 40 hembras (34 en el occidente y 6 en el oriente) con 64 esbardos (55 en el occidente y 9 en el oriente). Se trata de las cifras más optimistas desde que comenzaron las labores de recuperación de la especie, aunque queda pendiente el reto de conectar las dos núcleos de población.
La diputada regional de Podemos Paula Valero se refirió ayer al suceso de Moal para preguntarse "qué están haciendo al respecto Javier Fernández y el Ejecutivo de la FSA, que parecen más preocupados por facilitar un Gobierno de Rajoy que por tratar de resolver problemáticas tan importantes como la del furtivismo". A través de una nota, Valero también pidió al Partido Popular (PP) que "no trate de sacar rédito político de estos hechos".
