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El futuro de las infraestructuras de transporte

La falta de fondos europeos deja en el aire la conclusión de las grandes obras asturianas

El recorte en partidas estructurales y la exclusión de los ejes de transporte y del "plan Juncker" complican el AVE y el desarrollo de los puertos

La falta de fondos europeos deja en el aire la conclusión de las grandes obras asturianas

Las crecientes dificultades que tiene Asturias para acceder a los fondos comunitarios que han resultado claves para la ejecución de la Autovía del Cantábrico o de la variante ferroviaria de Pajares, con aportaciones que llegaron al 25% del presupuesto, dejan ahora en el aire el futuro de algunas de las obras más emblemáticas pendientes en la región. Se trata, por ejemplo, de la conclusión de esa misma Variante con sus dos túneles, del tramo León-La Robla del AVE; la extensión del tendido de Alta Velocidad hasta las ciudades de Oviedo, Gijón y Avilés; las mejoras en el trazado ferroviario por la Cornisa y en los accesos a los puertos de Avilés y de Gijón, o la estación de la Zona de Actividades Logísticas (Zalia). En total, más de cinco mil millones de euros de inversiones en proyectos que en la tesitura actual tienen escasas posibilidades de captar financiación de la UE.

El desarrollo de las infraestructuras de transporte ha dejado de ser una prioridad para Europa, con la única excepción de los grandes corredores de los que tanto Asturias como el resto de regiones del Noroeste forman parte como ramales secundarios del eje Atlántico. Esa situación les resta muchas posibilidades de recibir partidas de programas específicos como "Conectar Europa", dotado con 21.000 millones de euros para proyectos de trenes, carreteras o puertos.

El primer revés para las obras del Principado llegó de Bruselas a finales de 2013, cuando se confirmó que, por el efecto estadístico derivado de una renta inflada por las pensiones, Asturias pasaba a ser considerada como una región rica dentro de la UE. En consecuencia, la aportación de los fondos estructurales para el periodo 2014-2021 se redujo en un 25% respecto a la etapa anterior, incluyendo, además, un drástico recorte en las partidas de infraestructuras, a fin de primar las actividades relacionadas con la investigación, la innovación y la competitividad de las pymes.

Cerrado el grifo de los fondos estructurales, la Unión Europea decidió concentrar su inversión en infraestructuras en una serie de corredores prioritarios de transportes a financiar con cargo al programa "Conectar Europa". Asturias está fuera de los troncos centrales de esos ejes y se limita a un ramal secundario del polo Atlántico (Lisboa-Palencia-País Vasco-París) que va de Palencia a Gijón. Se trata de una circunstancia que le dificulta enormemente el acceso a grandes partidas comunitarias para proyectos de transportes. Lo demuestra el que solo haya captado 1,5 millones para impulsar la autopista del mar de Gijón a Nantes y parte de un proyecto que servirá para instalar el sistema de seguridad del AVE en la Variante. No hubo dinero, por ejemplo, para financiar el tramo de Alta Velocidad entre León y La Robla, fundamental para la llegada del "tren veloz" al Principado, y tampoco hay previsión de lograr partidas para completar los túneles de Pajares o el AVE a Oviedo, Gijón y Avilés, actuaciones que precisan de unos dos millones de inversión. Los puertos lusos se han convertido en referencias atlánticas para Europa, que relega a los cantábricos. Queda claro con el reparto de fondos de "Conectar Europa".

El cerco se completa con la exclusión de las propuestas para ser financiadas por el "plan Juncker", un fondo de 21.000 millones de dinero público para movilizar 330.000 millones de inversión. Las infraestructuras que la región quería incluir en el programa y que también se quedan sin partidas son la estación de la Zalia, cuyo coste se estimó en 33 millones, y el desdoblamiento de la AS-117 de Bobes a San Miguel de la Barreda (Siero), presupuestado inicialmente en 21 millones.

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