El Principado exige la apertura de la Variante de Pajares tras el descarrilamiento del Alvia Barcelona-Gijón, y unas infraestructuras "acordes al siglo XXI". El accidente se debió a la rotura de un rail , según la primera impresión de los técnicos, que esta mañana han iniciado las labores para encarrilar el Alvia, con el fin de dejar expedita la línea, algo que esperan que se produzca para mañana por la mañana.

La consejera de Infraestructuras, Belén Fernández, no ha podido ser más crítica: "Este accidente nos obliga a recordar que el clamor para la apertura de la Variante está muy justificado, no solo por cuestiones de desarrollo económico de la región, sino por seguridad; el accidente no se hubiese producido si la Variante estuviese abierta".

Fernández ha asegurado que "es sangrante que en pleno siglo XXI tengamos que soportar infarestructuras del siglo XIX". Y ha añadido: "Queremos seguridad, estamos hartos de las excusas del Gobierno central Asturias necesita la Variante de Pajares y la queremos ya".

Las declaraciones de la consejera llegan unas horas después del gran susto vivido por los viajeros del Alvia Barcelona-Gijón que tenía que llegar anoche a Asturias. El convoy descarriló a las diez menos cuarto cuando acababa de pasar Busdongo, en León, y se encontraba en el túnel del Lomo del Asno, uno de los primeros del trazado de Pajares hacia Asturias, ya en el concejo de Lena y a más de 1.200 metros de altitud. Había niebla y lloviznaba.

La primera inspección ocular apunta como posible causa del siniestro la rotura de un raíl. La cabeza tractora y el primer vagón del tren se salieron de la vía. Los otros vagones quedaron dentro del túnel. Según indicaron testigos del accidente, hay una pasajera, de mediana edad, herida leve, con cervicalgia. La mujer fue asistida por el personal de una ambulancia desplazado a la zona. El tren tiene que circular por este tramo a velocidad muy baja. Eso, y el hecho de que las paredes del paso contuvieron los vagones, evitaron que la unidad volcase, aseguran los testigos.

La evacuación fue compleja porque muchos pasajeros quedaron atrapados en el interior del túnel. No cundió el pánico porque los vagones no perdieron el suministro eléctrico y los coches estaban iluminados. El rescate quedó completado a las 00,51de la madrugada, y tuvo que efectuarse por tren, mediante el apoyo de un convoy de cercanías.

Los pasajeros tuvieron que caminar una decena de metros para acceder a la unidad. Muchos llevaban maletas. Los accesos rodados eran muy complicados. La pista forestal más cercana estaba a 200 metros y de ahí a la carretera nacional había otros 400 metros. El tráfico ferroviario entre Asturias y la meseta tuvo que se cortado. Las unidades que debían de circular detrás fueron detenidas en las estaciones, y sus ocupantes desplazados en autobús a sus destinos en Asturias.

Fueron movilizados los bomberos del SEPA con base en Mieres y La Morgal, que desplazaron el vehículo para grandes emergencias. También agentes de la Guardia Civil y el SAMU, que movilizó dos UVI's móviles y montó por prevención un puesto de Asistencia Médica Avanzada. El consejero de Presidencia asturiano, Guillermo Martínez, llegó pasada la medianoche al lugar y se interesó por el estado de los viajeros. Mantuvo informado en todo momento al presidente regional, Javier Fernández.

El tren había salido de Barcelona al mediodía y tenía prevista su llegada a las once de la noche. Fuentes de Renfe calificaron los ocurrido de "incidencia", sin especificar las causas del mismo.