El descarrilamiento del Alvia Barcelona-Gijón en el túnel del Lomo de Asno, en Lena, dejó Asturias incomunicada por tren con la Meseta durante casi 24 horas. Los técnicos de Renfe, que confirmaron en la mañana de ayer que el accidente se produjo por la rotura de un rail, esperaban que se reanudase el tráfico hoy por la mañana, pero lograron dejar expedita la vía a las nueve de la noche de ayer, en un tiempo récord. Mientras tanto, los viajeros tuvieron que ser trasladados en autobús, los primeros de ellos, los pasajeros del Alvia 04183 que tenía previsto llega a Gijón en la noche del viernes procedentes de Madrid. El accidente provocó una airada reacción del Gobierno regional, que exigió que entre en servicio "ya" la Variante de Pajares. Y es que, si los túneles estuviesen en funcionamiento, "un accidente así no tendría por qué haberse producido", en palabras de la consejera de Infraestructuras, Belén Fernández.

"Este accidente nos obliga a recordar que el clamor social y político en defensa de la apertura de la variante de Pajares está muy justificado, y no sólo por ahorrar tiempo en los viajes o contribuir a la economía regional, sino también por razones de seguridad", aseguró la consejera.

Fernández consideró como "sangrante que a estas alturas del siglo XXI tengamos que padecer las penurias de una infraestructura del siglo XIX", por lo que reiteró que tanto el Gobierno del Principado como toda la comunidad asturiana quieren "unas infraestructuras y una seguridad acordes al tiempo en que vivimos. Estamos cansados de los retrasos en torno a la variante y de las excusas políticas para justificarlos". Y planteó directamente al Gobierno central: "En Asturias necesitamos la Variante de Pajares y la queremos ya".

El descarrilamiento se produjo poco antes de las diez menos veinte de la noche, a la salida del túnel del Lomo de Asno, en el concejo de Lena, cuando el Alvia circulaba a unos sesenta kilómetros por hora, según manifestaron en la madrugada de ayer testigos del siniestro. Esa velocidad baja, y el hecho de que el accidente se produjese en un túnel, cuyas paredes actuaron de parapeto, evitaron que los vagones volcasen y que el descarrilamiento tuviese consecuencias más graves.

Encarrilamiento

A lo largo de la jornada de ayer, los técnicos de Renfe trabajaron en el encarrilado del tren, con ayuda de una grúa de grandes dimensiones. Durante los trabajos, que se desarrollaron a una altitud de mil metros, los trabajadores retiraron de la vía la cabeza tractora y el primer vagón del tren. La idea era volver a encarrilar el resto de los vagones del convoy con el fin de que una máquina pudiese retirarlos de la zona siniestrada para poder acometer los trabajos de reparación de la vía. Los técnicos lograron reanudar el tráfico a las nueve de la noche.

Como consecuencia del corte de la línea, Renfe estableció un plan alternativo de transporte por carretera para los trenes de larga distancia entre León y Gijón y para los de media distancia entre Busdongo y Puente de los Fierros.