Para encontrar una situación similar a la provocada por el descarrilamiento del Alvia Barcelona-Gijón, que ha dejado incomunicada a Asturias con la meseta, hay que retrotraerse hasta las grandes nevadas de febrero del años pasado. Fueron cinco días y seis horas las que permaneció Asturias bloqueada por tren, algo que no ocurría desde hacía más de treinta años. Los descarrilamientos han sido más frecuentes en la línea de Feve, como el ocurrido en agosto de 2007 en Toraño (Parres), cuando el vuelco de un mercancías dejó la línea cortada entre Arriondas y Ribadesella.