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Industria convocará otro plan de retorno de talento pero con idénticas condiciones

El corto plazo de garantía laboral y el escaso número de empresas interesadas llevaron al fracaso de la iniciativa, según los investigadores

El Gobierno asturiano volverá a convocar de forma inminente las ayudas para el retorno de talento investigador que en un primer intento acabó esta semana en fiasco. La convocatoria, para la que se destinaban 622.500 euros durante dos años, fue declarada desierta por la Consejería de Empleo, Industria y Turismo, cuyo titular Francisco Blanco, confirmó ayer que se realizará un nuevo intento antes de que finalice el año y en las mismas condiciones de dinero y plazos de contratación.

La novedad -dijo el consejero- es que llevará a cabo "un mayor esfuerzo en acciones promocionales" para dar a conocer una iniciativa que es la primera vez que se pone en marcha en Asturias y que no ha dado resultados positivos.

Las lecturas en torno al fracaso de la convocatoria son variadas. El rector de la Universidad de Oviedo, Santiago García Granda, asegura que "todos tenemos responsabilidad" y reconoce que las iniciativas no tienen fácil concreción. "Son buenas ideas pero quizá falte más integración entre instituciones".

El proyecto del Consejero Blanco de incidir en la visibilización de la nueva convocatoria parece responder a la sensación de que para muchos pasó desapercibida. El físico asturiano Pablo Alonso, galardonado con el premio al mejor investigador novel en Física Experimental por la Real Sociedad Española de Física, asegura que "tengo bastantes compañeros fuera a los que les gustaría retornar, pero nadie me comentó nada". Al margen de lo inadvertido de la convocatoria, Alonso reflexiona sobre las condiciones de las ayudas.

Tiempo mínimo

"No sé si eran las adecuadas, hay investigadores que ya tienen montada su vida, con salarios muy buenos y sólo volverían a Asturias con un plan de futuro muy claro".

Pablo Alonso estima que el plazo de dos años de trabajo que garantizaba la convocatoria de ayudas de la Consejería de Industria no es suficiente. "Yo creo que cinco años sería un tiempo mínimo; lo demás, son tiritas".

"Si no hay estabilidad la gente no se mueve", dice Paula Alonso, perteneciente al colectivo de jóvenes investigadores, que compagina trabajo y los estudios del cuarto año de doctorado. "Es una pena porque en esta convocatoria da la impresión de que falló la publicidad y quizá las condiciones no eran lo suficientemente buenas".

El plan regional de retorno de talentos investigadores sufragaba el 80% del coste del trabajador, con un máximo de 40.000 euros anuales. Se pedía el título de doctor y una experiencia de cinco años en la I+D. Hubo 23 interesados pero ni un solo resultado positivo. Fuentes cercanas a la Consejería de Industria lamentaron que la respuesta de las empresas fue muy escasa: "se cuentan con los dedos de la mano", señalaron muy gráficamente.

"Las empresas tienen que involucrarse", pide el rector García Granda, quien tiene claro que "nadie se mueve de su lugar de trabajo si no ve un futuro claro en otros sitios", aunque esa alternativa sea Asturias donde se vive bien pero que, salvo excepciones, no tiene un caldo de cultivo especialmente atractivo para una carrera investigadora.

Más implicación

Cree el Consejero Francisco Blanco que "es necesario implicar más a los centros de investigación" de la región, algunos punteros en sus áreas.

Las condiciones económicas destinados a los posibles contratados no frenan tanto como el plazo de garantía laboral, que se reduce a dos años. Ese es el primer inconveniente. El segundo, la falta de masa crítica empresarial. Con tan escaso número de empresas interesadas las posibilidades de encaje laboral se reducen ostensiblemente, sobre todo teniendo en cuenta que los destinatarios de las ayudas ya tienen fijada su área de investigación.

El diputado de Podemos Asturies Daniel Ripa reprochó las escasas ambiciones del plan de retorno: "Los investigadores creen que los quieren traer a Asturies para servir cafés y en poco tiempo enviarles a la calle: financiación escasa, ausencia de un plan de consolidación, y carencia de empresas colaboradoras y de medios para realizar sus funciones investigadoras o técnicas".

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