El escenario sombrío en el que Asturias prepara sus presupuestos se materializó ayer en la Junta General del Principado con la consejera de Hacienda constatando la merma de ingresos que se avecina por la provisionalidad del Gobierno de España y con los interlocutores del diálogo fiscal, IU, Podemos y el Ejecutivo autonómico, escenificando sus discrepancias sobre el modelo de reforma del sistema tributario asturiano que prefiere cada uno. Mientras la consejera piensa cómo cuadrar sus cuentas barruntando que recibirá menos dinero del Estado como efecto inducido de una prórroga en el presupuesto estatal, IU advierte de que no compra la rebaja de impuestos que propone Podemos por su efecto "letal" sobre las arcas regionales.

Dicho con números, el poder de arrastre de una prórroga en los presupuestos del Estado para 2017 induciría una merma respecto a 2016 de 32 millones de euros en los ingresos que Asturias recibe del sistema de financiación autonómica. La consejera de Hacienda, Dolores Carcedo, deslizó ayer el cálculo en la Junta acompañando la cifra con el estupor al observar que la incapacidad de un Gobierno en funciones para aprobar un techo de gasto y un presupuesto ha llevado al Ministerio de Hacienda a remitir a los gobiernos autonómicos una estimación de ingresos basada en previsiones de recaudación de 2016 y no de 2017, en un escenario pues de posible prórroga presupuestaria en el Estado "que arrastraría la de las cuentas autonómicas", destacó Carcedo. Y eso "no tiene razón de ser", remarcó, menos "en un momento en el que las previsiones de los impuestos son al alza y no a la baja, tal y como el propio Gobierno recoge en sus planes financieros".

Acepta Carcedo que la prórroga estatal afecte al resto de las administraciones, pero entiende peor que pueda repercutir sobre "un sistema de financiación autonómica que tiene su propia ley y su método de cálculo específico". El peso de esos ingresos para el Principado se calibra cuando se precisa que suponen el 75 por ciento del presupuesto autonómico y su merma añade dificultades al proceso negociador de las cuentas autonómicas que el Principado continúa queriendo ligar, en contra del criterio de Podemos, al diálogo recién abierto con la formación morada e IU sobre la reforma del modelo fiscal. En ese escenario complejo, según desveló ayer Carcedo a preguntas de IU, Hacienda elabora su propio borrador de presupuestos utilizando "nuestras propias previsiones" a partir de los índices del Gobierno", esto es, los objetivos de déficit acordados en el Consejo de Política Fiscal y Financiera, pero aún no aprobados oficialmente: un límite del 0,7 por ciento del PIB para este ejercicio y otro del 0,5 para el próximo.

El portavoz de IU, Gaspar Llamazares, inductor con su pregunta del debate presupuestario en el pleno de la Junta, enmarañó aun más el escenario entrando de lleno en la cuestión tributaria y advirtiendo contra el bocado a los ingresos que daría la rebaja impositiva que propone Podemos. Llamazares instó a la izquierda a no comprar la mercancía del "infierno fiscal" asturiano que defiende la derecha y lamentó que los planes de Podemos incidan justo sobre los impuestos más progresivos y más "recaudadores", particularmente el de sucesiones, haciendo que la merma, sumando los 32 millones que resta el Estado con el coste de la reforma impositiva, alcance, calcula, los cien millones de euros, o "el equivalente al coste del salario social".

La Consejera optó por la prudencia al responder a Llamazares -"no sabemos qué tipo de modificaciones se van a llevar a cabo"-, pero sí volvió a conectar, en contra del criterio de Podemos, la negociación presupuestaria con la fiscal, esta vez con un argumento técnico: si la reforma impositiva hace caer la recaudación, "no queda más remedio que abordarla en el marco presupuestario".