Juan Cofiño ha perdido la cuenta de sus años de militancia en el PSOE, pero sean los que sean, seguro más de treinta, se han terminado. Exdiputado regional y exconsejero en el gobierno del Principado que presidió Antonio Trevín, ha decidido abandonar el partido por motivos que no sólo atañen, según su explicación, al último episodio de fractura en la formación, "que también". Vienen "de lejos" y tienen que ver con las formas y con el fondo de la organización. Cofiño, que ayer exponía sus razones en un artículo publicado en LA NUEVA ESPAÑA, arranca el argumento por la constatación de una deriva "poco participativa" en el PSOE. "No soy un entusiasta de los procedimientos asamblearios", afirma, "pero tampoco creo que una organización medianamente democrática se pueda cerrar a la mayor participación posible en asuntos tan relevantes" como el que está en discusión.

La decisión que ha fracturado el partido, enlaza, "no la pueden tomar cuatro barones, ni una gestora, ni un órgano como el Comité Federal que tras lo sucedido en las últimas semanas no está legitimado". Cofiño se marcha desencantado, dice, con las formas y el fondo. Es "la manera de tomar decisiones y de relacionarse con la sociedad y los militantes", aclara. "Hace años que el PSOE no tiene una propuesta política que entronque con las sensibilidades de la sociedad", concluye.