El Pleno del Consejo Escolar del Principado aprobó ayer el informe del curso escolar 2013-14, con las críticas de los representantes del profesorado de la enseñanza concertada que no lograron sacar adelante ninguna de las enmiendas de fondo presentadas a la sesión plenaria.

"Hay malestar, porque hace tiempo que hemos superado la decepción", lamentó al término del Pleno Juan Luis González, portavoz del sindicato OTECAS, mayoritario en el sector y uno de los tres miembros de los docentes de la concertada con presencia en el Consejo Escolar asturiano.

"Estamos abocados -dijo- a que no sea aprobada una sola de nuestras propuestas, por muy razonable que sea, entre otras cosas porque desde la presidencia del Consejo Escolar [Alberto Muñoz] se ayuda muy poco. Todo se ha vuelto muy previsible".

Algunas de las enmiendas presentadas por el citado sindicato pedían disgregar los datos de la educación privada en Asturias. Por una parte los de los colegios privados no subvencionados, y por otra los de la red concertada, es decir, los centros privados pero sostenidos con fondos públicos. Ante el resultado de las votaciones, Juan Luis González tiene claro que "el Consejo Escolar no tiene interés en que se conozca cuál es la realidad del sistema".

Ausencias

Y puestos a hacer autocrítica, la concertada tiene también en qué reflexionar: de los nueve miembros de la red concertada (tres del profesorado, cuatro de las familias y dos de los centros) con presencia en el plenario del Consejo Escolar, ayer tan solo estuvieron presentes dos. Nadie de las familias y nadie de los centros. Su presencia, no obstante, no hubiera cambiado el resultado final de las votaciones.

De las treinta enmiendas presentadas por OTECAS fueron aprobadas tres, de corte técnico. "Eran erratas", señala González, que ve en algunas de las decisiones del Pleno del Consejo Escolar "un claro intento de ocultar la discriminación de la enseñanza concertada en Asturias".