Oviedo, José A. ORDÓÑEZ

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-Es que verlos es verlos, pero ya lo de tocarlos...

-Y encima con lo guapos que son los dos.

-Y agradables, que no los hay más.

La cercanía y el cariño de los Reyes cautivó para siempre a las filanderas santallesas Ana Lombán, Modesta Álvarez y Ana Fernández, que ayer tuvieron la oportunidad de mostrar con todo detalle a Felipe VI y a Doña Letizia, con la Reina sentada a su lado, cómo se trabaja tradicionalmente la lana en el occidente de la región. Fue durante los actos de entrega del premio al "Pueblo ejemplar de Asturias" a la comarca de los Oscos. Contenidos en la expresión de los sentimientos, pero con una profunda emoción, cientos de vecinos desafiaron a la intermitente lluvia y al frío otoñal para echarse a la calle y aclamar a los Monarcas. Nadie se quedó sin un apretón de manos, una sonrisa, una caricia o un "selfie". Lo mismo en Santa Eulalia, que en Villanueva o en San Martín, las tres estaciones de un periplo real en el que el protocolo saltó por los aires en más de una ocasión y en el que los Reyes, sonrientes y relajados, saludaron a los lugareños casi uno a uno.

Ataviada con un abrigo de lana cocida de color fucsia del diseñador asturiano Marcos Luengo, la Reina recibió multitud de piropos y no dudó en coger en brazos a varios pequeños de muy corta edad. "Qué guapos son los niños de los Oscos", exclamó Doña Letizia, que se mostró especialmente activa durante la visita.

Fue el de ayer un día de fiesta grande, una jornada para la historia local, pero en la que también hubo espacio para la reivindicación. Y es que tanto el alcalde de Santa Eulalia, Marcos Niño, como el de San Martín, Javier Martínez, o el de Villanueva, José Antonio González, aprovecharon la mayor presencia de autoridades que se recuerda en la zona para reclamar políticas regionales, nacionales y europeas que contengan la sangría demográfica que está conduciendo al campo asturiano a una "situación irreversible". A un paisaje sin ese paisanaje del que tan orgullosos afirmaron sentirse los regidores.

"El mundo rural que conocemos en el norte de España está pasando la mayor crisis de toda la historia. No es solo una crisis económica, sino que nos estamos quedando sin nuestro bien más preciado, que son nuestras gentes", advirtió Niño. Por ello, pidió que las instituciones tomen medidas para paliar una peligrosa deriva hacia la despoblación y lograr así "una prosperidad que no solo sea económica, sino también humana y social".

En la misma línea, el alcalde de San Martín apuntó que aunque "la vida en los pueblos no está de moda, es en ellos donde está la esencia de Asturias como sociedad". A su juicio, el premio otorgado ayer "visibiliza y da apoyo a la vida rural, que cada año pierde población y suma problemas, pero constituye una alternativa de vida y progreso que queremos que tenga futuro". Su homólogo de Villanueva añadió que "el medio rural es tan importante como el urbano, por lo que debe haber un equilibrio entre ambos".

También hizo el Rey en su discurso referencia a "un tiempo difícil para todos y que lo ha sido aún más para el medio rural". Por ello, alabó el "coraje" mostrado por las gentes de los Oscos al "resistir al atractivo urbano y permanecer para seguir construyendo el futuro sin abandonar el pasado". "Los mayores, conocedores de los tiempos duros, podéis hoy contemplar orgullosos que vuestro esfuerzo -lleno de sacrificios- ha merecido la pena. Vuestra tierra se ha conservado fiel a sí misma, con una dignidad renovada que se transmite a unas nuevas generaciones que ya no se sienten al margen y afrontan el futuro con más optimismo", subrayó el Monarca.

En vísperas del decisivo congreso federal que celebra hoy el PSOE y de la inminente ronda de consultas con los líderes políticos de cara a la investidura del futuro Presidente , Felipe VI no hizo en los Oscos referencia alguna a la actualidad en su discurso, ni directa ni indirectamente.

Los planes específicos para los Oscos que pusieron en marcha los gobiernos autonómicos de Pedro de Silva resultaron fundamentales para el desarrollo de lo que alguien denominó "Las Hurdes asturianas". El galardón de ayer puede entenderse como el colofón a un proceso de modernización decisivo, pero que no conforma. "Es el broche de oro a la parte del camino que quedó atrás y un impulso para seguir adelante en nuestra labor de dignificación de la vida rural", afirmó el regidor de San Martín.

El gran día de los Oscos amaneció nublado. Un orbayu que tan pronto se convertía en lluvia como cesaba, recibió a los Reyes en San Martín cuando pasaban pocos minutos de las once y media. Tras saludar a las autoridades, entre las que estaban el ministro de Educación, Cultura y Deportes en funciones, Íñigo Méndez de Vigo, y el presidente del Principado, Javier Fernández, los Monarcas accedieron a la plaza de las Infantas, que recibe esa denominación en recuerdo de la estancia en la localidad de las hermana del Rey en 1983. San Martín lució sus mejores galas. El pueblo aún olía a pintura cuando Felipe VI y Doña Letizia se reunieron con los alumnos del Colegio Rural Agrupado (CRA) para disfrutar de una exposición con los dibujos que han realizado los pequeños con motivo del premio. Después, hubo tiempo para demostraciones de malle tradicional (separar el grano del centeno) y del "teitado" de un hórreo. Una rápida visita a la histórica casa de los Guzmanes (siglo XVIII) puso fin a la primera etapa del periplo real por los Oscos. En Villanueva, segunda parada del día, los Monarcas estuvieron en el histórico monasterio de Santa María, mientras que en Santa Eulalia tuvo lugar el acto central de entrega del galardón. Además, los Reyes conocieron una alfombra floral similar a la que los vecinos confeccionan para el Corpus, así como un taller de lana, en el que Modesta Álvarez le regaló unos calcetines a Don Felipe, y otro de ferrería, en el que Doña Letizia, pese a que para entonces ya brillaba el sol, aprovechó para calentarse las manos con el fuego de las fraguas. "Venir hoy a esta pacífica e ilusionada comarca para celebrar un acto tan hermoso nos reafirma, como anoche en el Campoamor, en la esperanza de que otro mundo es posible", sentenció Felipe VI antes de participar en una comida popular. Tras el inusitado ajetreo de la mañana, la tranquilidad se fue apoderando de nuevo de la comarca según iba cayendo la tarde. Quedaba atrás una jornada que los Oscos jamás olvidarán.