Los técnicos que promueven la inclusión de Asturias en el Corredor Atlántico argumentan su propuesta, entre otras cosas, en el notable crecimiento que está experimentando el tráfico marítimo a nivel mundial, proceso alcista que irá en aumento en los próximos años por la aplicación de medidas contra el cambio climático.

En este contexto, los puertos portugueses están tomando la delantera a los gallegos y a los asturianos, que se han quedado fuera de los grandes ejes de transporte seleccionados por las autoridades comunitarias. Los muelles lusos son hoy el gran referente europeo en la fachada atlántica. Baste un ejemplo, a través del plan "Conectar Europa", Bruselas ha inyectado 375 millones de euros al proyecto de construcción de una línea ferroviaria entre el puerto de Aveiro y Vilar Formoso, una localidad cercana a la frontera española y próxima a la salmantina de Fuentes de Oñoro. La actuación abre una salida al mar por tren de altas prestaciones para los productos de Castilla alternativa a la ruta de Asturias, que sigue acumulando retrasos en la variante de Pajares.

La ayuda comunitaria a la línea de tren portuguesa supone casi el 70% de una inversión de 547,7 millones de euros y forma parte de una estrategia que, frente al aislamiento de Asturias y de Galicia, está haciendo de los puertos lusos unos buques insignia de la UE.