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Maestros y discípulos

Hilario López: "En ingeniería llevamos 30 años de relaciones entre Universidad y empresa"

Iván Machón: "El equipamiento a disposición de nuestros alumnos es un privilegio, nosotros no tuvimos todo eso"

Hilario López: "En ingeniería llevamos 30 años de relaciones entre Universidad y empresa"

-Nunca me arrepentiré de haber quedado en la Universidad.

-Es de las mejores decisiones que he tomado en mi vida.

El diálogo entre maestro y discípulo, Hilario López e Iván Machón, respectivamente, resume la satisfacción de ambos acerca de la carrera académica. Catedrático del departamento de Ingeniería Eléctrica, Electrónica y de Computadores y Sistemas, el primero y profesor acreditado para titular del mismo área, el segundo, juntos suman cerca de dos décadas de colaboraciones y el éxito de haber participado en una docena de proyectos de investigación de ámbito europeo. Iván, de 43 años y tras 14 como profesor, reconoce que le costaba verse en la Universidad. "Cuando Hilario me dijo en 2004 que iba a salir una plaza no lo esperaba. No contaba con quedarme en la Universidad. Comencé con una sustitución pero no tenía claro que fuera a quedarme como profesor en la Universidad", relata. Tanto es así que cuando esa plaza llegó, por fin, "sentí como si me hubiera tocado la lotería".

De las luces y sombras de la siempre difícil carrera académica sabe mucho Hilario López, que finalizó sus estudios en el año 1985 y que ya estaba dando clases a quienes finalizaron en el curso 1986-87. Su trayectoria tiene mucho que ver con la de Iván. Maestro y discípulo desembarcaron en la Universidad gracias a una beca, tras completar su proyecto fin de carrera en el departamento de Ingeniería Eléctrica de la Universidad de Oviedo. "Hay una gran diferencia de nuestra generación a la actual", opina el discípulo, "no teníamos tanto material de laboratorio; lo que hay hoy es un privilegio", continúe este joven investigador que acaba de lograr un proyecto de ámbito europeo en colaboración con varias empresas, "MACO Pilot", en el que se investiga cómo lograr mejor acero y de más calidad y que es continuación de otros dos precedentes, "Sensor Control" y "Sensor Control Pilot". Esos proyectos han sido fundamentales para la dotación de los laboratorios del campus gijonés donde maestro y discípulo desarrollan su trabajo.

Para ellos, eso de las relaciones entre la Universidad y la empresa no tiene secretos. "Nos suena algo antiguo. Aquí existen esas relaciones desde hace 30 años", sostiene el catedrático y exdirector de la Escuela Politécnica de Ingeniería de Gijón (EPI), aunque sí reconoce que se podría lograr "más implicación del profesorado en este asunto". El discípulo recuerda que el esfuerzo en acciones de I+D+i no tiene una traducción directa en la carrera académica, pues en su caso los proyectos europeos en los que ha participado -el último, como investigador principal- se consideraron en menor medida para su acreditación como profesor titular que las publicaciones en revistas científicas del más alto nivel. "En proyectos de ámbito europeo estás perdiendo un montón de tiempo y, por problemas de confidencialidad, no te dejan publicar los resultados", agrega Machón, "y tampoco te recortan en horas de docencia cuando estás metido en un proyecto de este tipo". Por este motivo uno y otro coinciden en el "excelente" apoyo recibido desde el vicerrectorado de Investigación para que, incluso durante las vacaciones de verano, les dieran soporte en los últimos trámites. "Ese apoyo permite que nosotros intentemos hacer más cosas", coinciden maestro y discípulo. "En la gestión del último proyecto europeo nos ayudaron mucho con un contrato de confidencialidad entre los socios que es muy exigente", admite Machón. Ese respaldo del equipo rectoral, en el que Hilario López aprecia un "fuerte liderazgo", un "giro" importantísimo en sus políticas y una mayor cercanía con las personas", les ha permitido no decaer en los momentos más delicados. Al éxito del proyecto europeo que tienen ahora entre manos tienen que sumar dos "no" de Europa en convocatorias anteriores. "En España ahora se financia menos la investigación, entonces los buenos proyectos optan por buscar financiación fuera porque aquí se ha restringido mucho", valora Hilario López. Esa situación lleva a otra deriva en la investigación. A uno de sus becarios acaban de ofrecerle una oportunidad laboral en Gran Bretaña. "Tenemos que estar contentos de ello, su validez hizo que recibiera esa oferta", continúa el catedrático quien destaca asimismo el buen trato que "en lo económico" ofrecen a sus becarios. "A la gente que rinde y vale hay que valorarla y premiarla, también en el sueldo", recalca, "pagamos a nuestros primeros becarios más incluso que lo que les ofrecen hoy muchas empresas".

De fondo, en su área, la de Automática, existe, no obstante, una preocupación: la falta de relevo generacional. "En 14 años, desde que yo entré no vino nadie más", advierte Machón. Y todo, pese a que las condiciones son buenas. "En equipamientos estamos al máximo nivel respecto a otras escuelas de ingeniería. Las herramientas que tienen hoy nuestros alumnos están a años luz de las que tuvimos nosotros. Que las aprovechen ahora las nuevas generaciones para que puedan llegar a donde quieran", apunta Hilario López, con la experiencia de haber vivido ya las tres facetas de la carrera universitaria: la docencia, la investigación y la gestión como director de la EPI.

La preocupación del maestro por el futuro de los más jóvenes se refleja en el último proyecto en el que se ha embarcado, financiado por la Fundación Alcoa, y orientado al fomento de las vocaciones científico tecnológicas entre el alumnado de Secundaria y Bachillerato. Para ello se plantea a los chavales un reto, en forma de concurso, que incluye el desarrollo un circuito eléctrico. "Cuanto mejor nos lleguen después preparados de los institutos, mucho mejor", sostiene el catedrático. "No es una ocurrencia. En unos años tendremos un déficit de profesionales en el sector tecnológico. Ahora mismo todo lleva automática y tiene que haber gente en cantidad preparada para ello", continúa, a modo de advertencia sobre lo que está por venir. Las empresas no encuentran profesionales suficientes para cubrir sus expectativas. "Si tienes vocación y te gusta, esto no lo cambias por nada", zanja el más veterano.

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