La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

La diferencia está en el paritorio

Irlanda del Norte, referencia en políticas de envejecimiento activo, comparte con Asturias pasado industrial pero presenta una esperanza de vida algo menor

Entre las diez regiones más envejecidas de la Unión Europea hay cuatro griegas, tres españolas, una portuguesa y una italiana. La primera, a título de curiosidad, es Pinhal Interior Sul, una región del área central portuguesa, no muy lejos de la frontera con Cáceres. Allí, el 32,4 por ciento de sus habitantes tiene más de 65 años. La primera española en ese ranking envejecido es Ourense, tercera, con el 29,6%. Asturias ronda el 24,5%.

No muy lejos está Irlanda del Norte, la región europea que sirvió estos días de referencia para los planes asturianos de envejecimiento activo y saludable. El asesor John Farrell recordó esta semana en Oviedo las similitudes entre ambas regiones, que permiten un intercambio de modelos.

Asturias tiene un millón de habitantes; Irlanda del Norte, 1,8. Asturias tiene más de 10.500 kilómetros de superficie, e Irlanda supera los 14.000. Son dimensiones comparables. Pero todavía lo es más el pasado.

Irlanda del Norte vivió de la industria naval y textil, dos sectores productivos con fuerza en la Asturias de mediados del siglo XX. Se quedó sin casi nada, como nosotros, pero nos lleva ventaja en materia de reindustrialización, con una apuesta fuerte por la alta tecnología. Y otra diferencia a tener en cuenta: llevan más de 35 años aumentando población, justo al contrario que Asturias.

Curiosamente el peso demográfico de Irlanda del Norte en relación con el Reino Unido es casi idéntico (en torno al 2.5%) del de Asturias en relación con España. Poca cosa en ambos casos.

El factor natalidad

Las políticas irlandesas frente al envejecimiento y en busca de una mayor eficacia sociosanitaria comenzaron mucho antes que en Asturias. La primera estrategia de envejecimiento activo puesta en marcha por el Principado data de 2008 y tuvo vigencia hasta el 2011. Desde entonces hasta ahora Asturias alcanzó y rebasó la cifra del cuarto de millón de habitantes con más de 65 años. Faltó agilidad para anticiparse al futuro.

En Irlanda del Norte la esperanza de vida al nacer es algo menor que en Asturias, que se sitúa en más de 82 años, una de las mayores de la Unión Europea. Pero la diferencia que de verdad nos distingue es la tasa de fecundidad, que en Asturias es de 6,2 nacimientos por mil y en Irlanda (tomando las cifras de la isla, con ambas nacionalidades) es más del doble y supera el 14 por mil.

El problema de Asturias es que nacen pocos niños. Lo recalcaba meses atrás en Oviedo el investigador portugués en neurociencias Joao Malva, del grupo de trabajo Demografía y Envejecimiento de la Macrorregión del Sudoeste Europeo (Asturias, Galicia, Castilla y León, Norte y Centro de Portugal). Malva calificaba a Asturias de "auténtico laboratorio europeo en materia de envejecimiento activo y saludable".

El noroeste español es una isla estadística, caso aparte. Con los datos nacionales en la mano España es una población menos envejecida que Francia, Portugal, Alemania, Finlandia, Bélgica o Suecia, por poner algunos ejemplos. España se mueve en la franja de países que tienen entre el 20 y el 25 por ciento de población de más de 65 años. De hecho, por debajo del 20 por ciento solo encontramos a Irlanda y Turquía, pero en el año 2050 las prospecciones de población nos igualan en color y porcentajes a toda Europa, por encima del treinta por ciento.

Un mundo insospechado

Se abre un mundo insospechado con la primera generación "diferente" de mayores de 65 años, con niveles de salud mayores que los que les precedieron, con pocas ganas de sentarse al sol a ver pasar la vida. Una generación viajera y con más recursos económicos, más interconectada y mucho más activa.

Una generación que generará un campo de negocio que tiene que ver con el ocio y en general con otras formas de vida. "Las personas mayores en Europa planifican su vejez, deciden cómo y dónde vivir; hay que plantearse entornos más accesibles y amigables, y nuevos modelos de vivienda, manteniendo la independencia pero asegurando servicios comunes que las personas mayores utilizan o no", dice Nerea Eguren, directora general de Planificación de la Consejería de Servicios Sociales, institución que ya trabaja en otro plan estratégico de envejecimiento activo para Asturias.

Compartir el artículo

stats