La muerte no se afronta o se entiende de igual forma en Europa y en América, en España y en México, o en EE UU y Inglaterra. En estos días en que los difuntos copan todo el protagonismo y la fiesta de Halloween gana enteros entre los más jóvenes, en los colegios de Siero se han propuesto aprovecharlo con fines educativos. Todos aprendieron y, sobre todo, se lo pasaron de muerte.

Los más pequeños se han divertido y jugado con las calabazas, uno de los símbolos de la fiesta de origen anglosajón. En el colegio Xentiquina de Lieres presumieron ayer de originales diseños, pintados y decorados de múltiples formas.

En el colegio Hermanos Arregui de Pola de Siero Christina Rheaume, auxiliar lingüista estadounidense que trabaja en el centro, se encargó de realizar un cuentacuentos sobre Halloween. A las actividades asistió el inspector del centro, Vicente Suárez.

Especialmente originales fueron en el Instituto de Educación Secundaria Astures de Lugones, donde las celebraciones de la víspera y el día de difuntos tienen una gran dosis didáctica.

Prueba de ello fue la iniciativa del grupo de biblioteca con el que se implica a los profesores y alumnos a descubrir los ritos de diferentes culturas con sus seres queridos fallecidos.

En este caso, un mural realizado por el alumnado y que se exhibe en las instalaciones recuerda la costumbre mejicana de poner un altar con fotos y objetos de los fallecidos, así como las ofrendas que hacían a los cuerpos sin vida los egipcios.

"Es una manera de acercarse a costumbres menos conocidas", explica la responsable del grupo, Belén Fernández, que también promovió varias representaciones interpretadas por los alumnos sobre historias de terror.

En el caso del colegio público La Ería de Lugones, el protagonismo se lo llevaron también las calabazas, pues varios cursos dedicaron a confeccionar las suyas a lo largo de una mañana en la que tampoco faltaron juegos tradicionales y talleres para diseñar otros adornos típicos de la época.

"Se trata de conocer un poco más la cultura de una tradición que aunque muchos la identifican como americana, es británica", coinciden en señalar los profesores de inglés, promotores de las actividades que hicieron pasárselo de muerte, nunca mejor dicho, a los estudiantes.