Que levante la mano quien no haya soñado con dar una vuelta por la Fábrica de Chocolate con Willy Wonka. O con tener algún poder especial capaz de solucionar líos, como hacía Matilda. Y seguro que muchos quieren tener un melocotón gigante, como lo tenía James, y refugiarse en otro mundo cuando las cosas se ponen feas. "Charlie y la Fábrica de Chocolate", "Matilda" y "James y Melocotón Gigante" son tres de los títulos más conocidos del escritor galés Roald Dahl. Un autor de literatura infantil que escribió sobre ogros, brujas, niñas con telequinesis y, sobre todo, sobre optimismo. La Red de Bibliotecas de Mieres aprovechó la celebración del "Samaín", el Halloween asturiano, para revivirlo en Mieres y celebrar el centenario de su nacimiento. Un concurso de disfraces de sus personajes centró el programa ayer. Ganaron un Willy Wonka con chaqueta de terciopelo rojo, James sin soltar un enorme melocotón y una simpática Matilda que caminaba con el carro lleno de libros.

Xurde Cachero se metió ayer en la piel de Willy Wonka, uno de los personajes más carismáticos y divertidos de la literatura infantil: "El traje me lo hizo mi madre", señaló, tímido, detrás de unas enormes gafas negras. Y agitando el bastón, coronado por una bola de destellos. Era un Willy Wonka muy parecido al que retrató Tim Burton en la gran pantalla.

Con pajarita de lunares y el pelo muy rizado, bajo un sombrero negro, otro Willy Wonka desfiló por la sede de Liberbank de Mieres (lugar en el que se celebró el concurso). Era Alejandro Reyes, un "Willy" más parecido al que describe Dahl en su novela: "Me aprieta un poco la pajarita, pero elegí a Wonka porque me parece el mejor personaje", confesó. Su hermana, Adela Freije, era "Matilda".