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El debate sobre el estado de la región

La soledad del PSOE encamina a Asturias hacia otra prórroga del Presupuesto

Javier Fernández y Podemos dejan patente su aversión en un duro diálogo, IU se desmarca del Gobierno y el PP ofrece en vano su apoyo

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Debate de orientación política de Asturias (08/10/16)

En el debate sobre el estado de la región, pero no el de ayer, sino el de hace tres años, el entonces portavoz de IU, Ángel González, ya le anunció a Javier Fernández lo mismo con menos finura. "No siga por ahí, porque le vamos a frayar". Esto de ayer no llegó a ser aquello de 2013, pero en la segunda sesión del debate de orientación política, seis horas y media de turnos de réplica de la oposición y de contrarréplicas del Presidente, la unanimidad crítica produce una impresión similar de distancia entre el Gobierno y el resto de la Junta. En particular con el ala izquierda que cada vez le tiende menos la mano, pero también con la derecha cuya mano desplegada rechaza de palabra. IU no promete esta vez dar a frayar, pero como mínimo amenaza con acercarse a la traducción castellana del verbo en asturiano. Quebrantar, romper. El portavoz actual de la coalición, Gaspar Llamazares, terminó de situar enfrente de Fernández al grupo que hace algo más de un año fue clave en su investidura.

Para cuando los socios de investidura discutieron, también sobre el grado de cumplimiento del pacto que hizo presidente a Javier Fernández o acerca del supuesto "triunfalismo autocomplaciente" que Llamazares aprecia en el diagnóstico del Presidente, éste había librado ya otro asalto de una refriega dialéctica con Podemos que empieza a tener guiones previsibles. Es el grupo al que corteja para estabilizar su gobierno el mismo al que ayer volvió a acusar de "superioridad moral", de "populismo", de "lanzar basura contra el PSOE". El mismo que a su vez le acusó a él de estar "secuestrado por el PP" desde que el PSOE le dio a Mariano Rajoy "gratis", se escuchó decir a Emilio León, otros cuatro años en La Moncloa. Los acuerdos, eso sí, también son, tal y como ayer los expuso León, "difíciles, pero no imposibles", aunque el portavoz de la formación morada también había sostenido antes, una vez más en contra de la tesis del Gobierno, que lo que están negociando "no son unos presupuestos, sino una reforma fiscal".

"No le quieren". El diagnóstico de su relación con Podemos se lo hizo al Presidente en tres palabras la portavoz del PP. Desde su escaño, mientras Javier Fernández consumía en la tribuna su turno de réplica a Mercedes Fernández, ésta se animó a abrir los ojos al Presidente, a hacerle ver lo que él ya había notado, que "le están haciendo la cobra". "No me quieren", replicó él. "Ya lo sé. Yo tampoco los quiero a ellos. Es un matrimonio de conveniencia, absolutamente". Quería decir que quiere una relación instrumental, que ni siquiera pide que se lleven bien, entre otras razones porque a estas alturas saben de sobra que eso va a ser imposible. Lo correcto sería, tal vez, decir que de momento "no se quieren", aunque a veces parezca que se dejan querer. "No tengo la piel fina", dijo también Emilio León para que se viera que le importa menos el maltrato de palabra que el consenso, si es que así se puede conseguir, sobre el fondo.

El caso es que el PP sí dice que quiere, y ayer volvió a la mano tendida, incluso cargándola un poco menos de condiciones. Sigue vigente la necesidad de rebajar la presión fiscal que los populares siempre han puesto sobre la mesa, pero a lo mejor sin llegar a la tan traída y llevada exigencia de supresión del Impuesto de Sucesiones. Ayer, a la sola mención de la reforma del tributo sobre las herencias en su versión gallega Mercedes Fernández se aprestó a gritar desde su escaño "nos sirve". En Galicia, había advertido Javier Fernández, el recién reelegido presidente popular, Alberto Núñez Feijóo, en lugar de suprimir ha decidido rebajar el impuesto, dejando exentas a las herencias de hasta 400.000 euros. Al PP asturiano le vale bajar sin quitar, aunque la oferta casi gritada desde la bancada quedó ayer, aún, en el aire.

A la postura en disposición del diálogo y a la invitación a mirar hacia otros lados se sumó el portavoz de Ciudadanos, Nicanor García, que instó al Gobierno a mirar también hacia otros sectores del hemiciclo además de a su izquierda y a ser "más pragmáticos" en su política de alianzas.

En un debate que sólo fue desabrido por momentos, con el Presidente instalado de algún modo en la costumbre del desacuerdo, el tono subió en el cara a cara de Javier Fernández con la portavoz de Foro, Cristina Coto. Ella llegó en el terreno tributario a llamarle "maniaco fiscal" y en el político "pseudodictador" que "no atiende los pronunciamientos del parlamento ni rinde cuentas". Él la hizo responsable de algún pecado por incoherencia, por haber criticado al Gobierno del PP hasta casi la antesala de la firma del acuerdo de coalición que llevó a los dos partidos juntos a las elecciones generales de diciembre y junio.

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