Todo aquello que desde el lunes venían diciendo las palabras encontró ayer además algún asiento en los números. La sesión de cierre del debate de orientación política subrayó la distancia que separa al PSOE del resto de la cámara con un nuevo capítulo del enfrentamiento dialéctico de reproche mutuo entre el grupo que sostiene al Gobierno y los demás, pero ayer además con alguna evidencia aritmética de la soledad socialista. Al llegar a votar, a la larga batería de las 146 propuestas de directriz al Gobierno con las que los grupos se presentaron ayer en la Junta, la mayoría, 116, salieron adelante, y de ellas casi la mitad (52) por unanimidad, pero el PSOE fue el grupo que votó más veces solo, 33 pronunciamientos en contra de propuestas finalmente triunfantes, y hasta en 43 ocasiones el resto de la cámara contradijo a los socialistas y se unió de modo suficiente para tumbar la opción preferida por la fuerza mayoritaria del parlamento.

En el contexto de su tenso alejamiento de IU y Podemos, de los grupos que pretende que le acompañen en la inminente negociación fiscal y presupuestaria, el PSOE se pronunció en contra de las propuestas tributarias de ambos, rechazando tanto la oferta genérica de la formación morada sobre la "redistribución de la presión" del Impuesto de Sucesiones como la "mejora de la progresividad" y las figuras tributarias ambientales que presentó IU. Todas las ofertas fiscales, también las del PP y Foro sobre la supresión del tributo sobre las herencias y la de los populares respecto a la eliminación del mal llamado "céntimo sanitario", se contaron ayer entre las tumbadas por la fuerza del voto cruzado en la Junta. La derecha respaldó en solitario el borrado de esos dos impuestos, sólo IU apoyó la oferta de política tributaria de Podemos y la formación morada se abstuvo ante la de la coalición, señal de que hace falta más diálogo en el poco tiempo que queda para resolver el sudoku de la negociación presupuestaria. Porque justo ahí, en el presupuesto, quiso el PSOE concentrar la argumentación de su voto en contra a las propuestas de la izquierda, persuadido como está de la necesidad de hablar de impuestos en el marco del diálogo sobre las cuentas públicas de 2017.

Los votos socialistas se alinearon asimismo en contra de algunas de las proposiciones que IU había planteado en el debate de ayer como examen a la parte que considera incumplida de su pacto de investidura con el PSOE y, en general, evitaron sumar su respaldo a doce de las 25 iniciativas de la coalición.

En el recuento general, el PSOE sacó adelante dieciocho de sus veinte propuestas, en su mayoría reclamaciones dirigidas al Gobierno de la nación, y Ciudadanos y Foro 22 de sus 25 y 26, respectivamente. De un total de 25, IU consiguió respaldos para diecinueve, Podemos aprobó dieciocho y el PP recibió luz verde a diecisiete. De entre las de contenido más repetido, decayeron casi invariablemente todas aquellas en las que los grupos de la derecha y Podemos perseguían una reestructuración o auditoría del sector público y salieron airosas todas las demandas de un contrato-programa para la Universidad.

Si alguien esperaba algún gesto de acercamiento, seguramente cedió al escuchar los turnos de defensa de posiciones que precedieron a las votaciones. Las voces fueron otras, ya no intervinieron ayer los portavoces titulares de los grupos; el mensaje, el mismo. La escenificación del desencuentro conocido y del intercambio de reproches que ha marcado este debate de más de quince horas distribuidas en tres sesiones terminó en el mismo sitio. El diputado de Podemos abrió el fuego contra el "gobierno inerme", "ajeno a los problemas de la gente" y responsable del "gran bloqueo que sufre Asturias". Subió la apuesta el secretario general de la formación morada, Daniel Ripa, con su visión de que "su idea de llegar a acuerdos es jugar al 0-0", "dormir el partido" y "dejar que pase el tiempo". Les atacó con la impresión de que "no han suprimido el error de salto del impuesto de sucesiones porque no han querido" o con el redoble del reproche por la abstención socialista en el Congreso: Mariano Rajoy, dijo, "podría caer en la tentación de considerar que Javier Fernández es la marca blanca del PP en Asturias".

Al otro lado, la respuesta socialista encontró al diputado Marcelino Marcos Líndez, afeando el tono de un debate que subió "de la hipocresía al arte de la exageración" y encasillando a Podemos en el bando del "populismo destructivo, el que distorsiona deliberadamente lo que se sabe y lo que no se lo inventa sin el menor escrúpulo". Su compañera Nuria Devesa apuntaló la posición fiscal del Gobierno, divergente de la de la formación morada en la evidencia de que "aceptamos el cambio de fiscalidad vinculado al presupuesto, al compromiso político con el instrumento económico y financiero de nuestra comunidad".

El PSOE vio además aproximarse con guiños mutuos a Podemos con IU. Coincidiendo con el anuncio de la coalición de su nueva actitud "exigente" con el Principado, Ripa les dijo ayer que "hemos respetado su proceso interno" y también que "hemos hablado poco en persona y creemos que sería positivo avanzar en esa dirección". Antes, el diputado de la coalición Ovidio Zapico, cuya censura al Principado se sustancia en que "están sobreactuando frente al Gobierno central", se había mostrado convencido de que "es más lo que nos une que lo que nos separa" y dispuesto a "seguir ahondando" en el entendimiento hacia "una alternativa que consiga transformar la sociedad desde el respeto a ambas organizaciones". "Vendrán meses que facilitarán ese camino de encuentro", remató.

A la dura enmienda a la totalidad de la gestión del Gobierno con la que concluyó el debate se añadió el PP con la censura de Matías Rodríguez Feito a "un Gobierno que ni está ni se le espera con un presidente en busca y captura, más pendiente de su partido en Madrid que de Asturias y los asturianos". El PP, había dicho antes Luis Venta, "no cree que la lentitud y el silencio que ofrece el PSOE sean la respuesta". En su turno, Carmen Fernández (Foro) puso en solfa la actitud de un Gobierno en posición de "aparente súplica" a Podemos mientras "persevera en su modo de gestionar" y Diana Sánchez (Ciudadanos) lamentó que el Presidente se resista a cumplir las resoluciones de la cámara e instó al Gobierno regional a "reclamar las deudas" del Ejecutivo central. "Si tiene que demandarlo, hágalo", le emplazó. "Hágale cumplir la ley".