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El test que no salva a las mujeres

El formulario al que se someten las víctimas de violencia machista no detecta el perfil del agresor dispuesto a matarlas, avisan los expertos

El test que no salva a las mujeres

La vida de las mujeres víctimas de la violencia machista no está a salvo una vez que han denunciado al agresor. Los expertos alertan de que el test que se aplica en la actualidad para medir el nivel de riesgo es "inadecuado", porque "está hecho para valorar si hay riesgo de que la agresión física se repita", pero no analiza el perfil del agresor para dar pistas sobre las posibilidades de que pueda llegar a matar. El problema es que su resultado resulta fundamental para que los jueces decidan si la víctima necesita o no medidas u orden de protección. Y los fallos ya se han convertido en feminicidios. Los errores han llegado a ser tan clamorosos que se ha elaborado un nuevo modelo de test, cuyo contenido aún se desconoce en el Principado.

La concesión de medidas u órdenes de protección en Asturias se sitúa en la media nacional. "No tenemos el foco puesto en ningún juzgado en concreto. La situación no es alarmante en el Principado", tranquiliza María Martín, integrante de Abogadas para la Igualdad y responsable de la comisión de Igualdad del Colegio de Abogados de Oviedo. Pero esto no resta para que sea necesario y urgente modificar el test que en la actualidad se realiza en las oficinas del Servicio de Atención a la Familia del Cuerpo Nacional de Policía. "Tiene deficiencias claras porque hay mujeres que sufren un riesgo elevado que no fue detectado en el test, pero que finalmente fueron asesinadas. A día de hoy hay una nueva propuesta, pero aún no la conocemos ni podemos valorarla".

Javier Fernández de Teruelo es uno de los mayores expertos en el país en análisis de violencia machista, y probablemente el que más ha analizado y estudiado los casos de feminicidio, realizando incluso un perfil del potencial agresor. Catedrático acreditado de Derecho Penal y director del Título Propio en Criminología de la Universidad de Oviedo, llamó la atención sobre los datos de 2012 y 2013.

De las 45 mujeres asesinadas en 2012, sólo cinco habían realizado el test de valoración de riesgo. En ninguna se apreció que ese riesgo fuera extremo o alto. Los resultados no fueron mejor en el siguiente ejercicio, cuando murieron otras 52 víctimas de violencia machista. De ellas, cuatro habían respondido a las preguntas: una de ellas tuvo como resultado un riesgo riesgo muy alto y las otras tres, extremo.

"El test tiene 16 preguntas sin demasiada capacidad para analizar la realidad del riesgo. Están hechas para saber si se puede repetirse la agresión, pero no si el agresor puede llegar a matar. No están bien formuladas", explica Javier Fernández de Teruelo.

Las posibles respuestas a cada pregunta son seis: no sabe, no se da, bajo, medio, alto y extremo. Y hay preguntas como si el agresor tiene problemas laborales o financieros, si existen problemas entre la pareja, o si el maltratador ha mostrado tendencias suicidas.

El perfil del maltratador que puede llegar a matar no aparecería reflejado respondiendo a las preguntas del test. "Se vincula la agresión a que haya dificultades económicas o en el trabajo, o a problemas de pareja. ¡Claro que tienen problemas, si no fuera así no habría denuncia!", indica el profesor de la Universidad de Oviedo, que tras varios años de investigación ha elaborado el perfil del hombre que puede llegar a matar a su pareja o expareja.

Se trata de hombres que no necesariamente tienen que haber ejercido violencia física previa al asesinato de la mujer, pero que sí las han sometido a un maltrato psicológico intenso y persistente. "Tienen su existencia construida en base a esa relación, lo que le convierte en un hombre dependiente, muy celoso y con trastornos adaptativos", explica Fernández de Teruelo. "Ellos son conscientes de su dependencia y eso les provoca baja autoestima e infravaloración".

¿Y qué desencadena que lleguen a cometer el asesinato? "El anuncio por parte de la mujer de que le va a abandonar, o la presentación de una denuncia es lo que provoca la agresión física mortal". Según el experto, el pánico que se desata en la cabeza del hombre ante la posibilidad de verse solo hace que reaccione con amenazas de muerte hacia su pareja, hacia sus hijos e incluso hacia sí mismo. Si esta fórmula no funciona, surgen el arrepentimiento y las promesas de cambio. "Todo es falso. El único objetivo es recuperar el control de la pareja y de la situación, pero cuando pasa un tiempo todo vuelve a ser igual. Estos agresores utilizan todo lo que se les ocurre para mantener a la mujer junto a él y sometida, que nada cambie".

La trampa del suicidio

Una de las claves al realizar el perfil de estos maltratadores está en las amenazas de suicidio. El 30% de los asesinos las cumplen, o lo intentan, pero tras acabar con la vida de su pareja o expareja. El resto se entrega a las autoridades.

"Esta es una de las pruebas de que cuando cometen el crimen lo tienen todo preparado. Antes nunca se hubieran planteado el suicidio ni nada parecido, porque ellos controlan la situación y no hay motivo para ello", explica Fernández de Teruelo. Entonces, "¿a qué viene preguntar en el test que se le hace a las víctimas si hay antecedentes suicidas? Lo normal es que no los haya y, por tanto, esa respuesta ya baja la puntuación".

El experto asegura que, teniendo en cuenta los resultados obtenidos, "la impresión es que las medidas de protección decretadas en España se aplican sólo en casos de riesgo extremo, que por cómo están formuladas las preguntas se da en pocas ocasiones".

Los expertos están a la espera de conocer el nuevo test, que al parecer estará integrado por casi 40 preguntas y que, según distintas fuentes, está aplicándose en fase experimental en algunas comunidades autónomas, como Alicante. Pero en Asturias aún no se conoce, por eso no se puede valorar. Aunque sí hay críticas a la tardanza en su elaboración: se anunció hace cuatro años.

En todo caso, la situación en el Principado no es tan preocupante como en otros lugares de España, según los expertos. Almudena Cueto, directora del Instituto Asturiano de la Mujer, indicó que en Asturias se aplica un protocolo interdepartamental contra la violencia machista y existe un observatorio permanente, al que pertenece Fernández de Teruelo, para hacer un seguimiento de los casos. "Se busca la mayor protección de la víctima", afirmó.

El número de mujeres asesinadas este año a manos de sus parejas asciende a 44 en España. La mayoría de las víctimas no había denunciado nunca que sufriera malos tratos.

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