El Gobierno regional quiere sentarse ya esta semana con los representates de Podemos e Izquierda Unida para explorar las posibilidades de alcanzar un acuerdo presupuestario con estas formaciones. De hecho, el Ejecutivo de Javier Fernández ya ha trasladado la voluntad de convocar reuniones con cada uno de los partidos de forma inmediata, probablemente a mediados de semana, y se da un mes para saber si tendrá o no apoyo.

El objetivo del Principado será intentar plantear un acuerdo estable que permita la aprobación del Presupuesto autonómico para 2017, si bien todos los actores de la negociación reconocen las dificultades para que se produzca un entendimiento. Algunas vías de consenso ya se han alcanzado en las conversaciones mantenidas respecto a la política fiscal, como la supresión del error de salto en el impuesto de Sucesiones. Esta medida, que incluso el PSOE llevaba en su programa electoral, estaba incluida en el borrador de ley presupuestaria que el año pasado el Ejecutivo retiró de la cámara tras comprobar que no tenía los apoyos suficientes para sacar adelante las cuentas.

En el caso de que el Gobierno regional no consiga el pacto con Podemos e IU, deberá plantearse otras alternativas. Buscar un acuerdo con el PP no es lo más adecuado, sostienen fuentes socialistas, porque vendría a confirmar la razón por la que, según el PSOE, los morados y la coalición ponen trabas a un acuerdo: la abstención en el Congreso del grupo parlamentario socialista que dio pie a la investidura de Mariano Rajoy. Otra de las alternativas será tratar de conseguir que no existan enmiendas a la totalidad que bloqueen las cuentas y que quepa una razonable modificación del Presupuesto mediante enmiendas parciales.

También, afirman otras fuentes, explorar un juego de abstenciones que impida que una mayoría de votos contrarios al proyecto obligue a una segunda prórroga presupuestaria.