Las rutas profesionales de David Fernández y de Juancho Aspra se cruzaron hace un par de meses en una mesa del Centro Europeo de Empresas e Innovación (CEEI) de Llanera. El primero, ingeniero de caminos de formación con un máster en dirección (MBA) y diez años de experiencia en gestión en grandes empresas llevaba ya mucho tiempo fuera de su Asturias y quería regresar, mientras que Aspra, biólogo y con un alto bagaje en el mercado turístico y el medioambiental, había tenido una idea para crear su propia empresa. Se trata de una aplicación para dispositivos móviles para hacer senderismo (Apps to enjoy), pero le faltaba algo para que el proyecto diera el salto definitivo que necesitaba. "Había algo que me fallaba, y tuve que buscar un gestor porque yo no lo era. Y lo encontré", reconoce.
La química surgió de forma rápida, asegura Aspra: "Tenemos unas ideas similares". El suyo es uno de los casos de éxito del programa "se busca CEO" que el CEEI puso en marcha antes del verano con el objetivo de poner en contacto a emprendedores con ideas prometedoras con gestores que les ayudaran a dar un empujón comercial al proyecto. La directora del organismo, Cristina Fanjul, presentó hace unos días los resultados de este programa. Bastante positivos. De las quince empresas que buscaban un jefe, siete lo encontraron y otras dos tienen las conversaciones bastante avanzadas. "Hay casos en las que el directivo ha asumido también bastante riesgo e, incluso, ha entrado en el capital de la compañía", asegura. El proyecto también ha servido para que muchos directivos con ganas de regresar a la región lo hayan conseguido, aun renunciando a un buen puesto de trabajo y arriesgando su carrera. "Prefiero ser cabeza de ratón que cola de león", asegura uno de los directivos que participó en el programa.
Aspra y Fernández se sienten muy satisfechos con que sus carreras se hayan unido. "Es fundamental acertar con la persona adecuada", asegura el primero. Y añade: "Empecé por buscar un comercial, pero aquello fue un desastre". Ahora está mucho más contento y ya tiene varios proyectos en marcha. Además de su aplicación que sirve de guía para hacer rutas (Trekkapp) está colaborando con el Ayuntamiento de Valladolid para crear una aplicación con itinerarios urbanos. "Teníamos claro que había que salir fuera de Asturias, y abrir nuevos caminos en el turismo de ciudad", señala.
Otro caso de éxito es el de Microviable Therapeutics, un proyecto empresarial nacido entre las probetas del Instituto de Productos Lácteos de Asturias (Ipla-CSIC), y que persigue "replantar" la microbiota intestinal que puede resultar muy dañada con determinadas terapias para curar ciertas enfermedades (como el lupus o algunas alergias). Su proyecto empresarial consiste en una especie de "autotransplante" aislando estos microorganismos cuando el paciente aún está sano. "Nosotros somos cuatro científicos que llevábamos tiempo trabajando en todo esto, pero que nos faltaba saber cómo llegar a comercializarlo", explica Claudio Hidalgo, uno de los promotores de la idea. Y encontraron al jefe que buscaban. Una persona con amplia experiencia en el sector y con años de gestión a sus espaldas y que también buscaba regresar a casa y encabezar un proyecto con futuro, y que incluso a entrado en el accionariado de Microviable (con una participación del 20%) a través de la empresa Asturhealth. "Al principio íbamos con un poco de miedo porque no sabíamos que podíamos ofrecerle a un directivo que tiene un trabajo estable, pero todo ha salido bien", asegura Hidalgo. Las reuniones para que todo fraguaran duraron tres meses. Pero, al final, la mezcla cuajó.
