"Los físicos no investigamos para obtener aplicaciones, sino que éstas son el resultado de la búsqueda del conocimiento", recalcó Pablo Alonso en Oviedo ante un centenar de universitarios. El científico moscón quiso "romper una lanza a favor de la investigación básica", con la que, dijo, "se pueden resolver muchas incógnitas". Porque, añadió, "no todo está descubierto en contra de lo que se piensa". Y puso como ejemplo el grafeno, un material "revolucionario", del que se conocían sus propiedades desde los años ochenta, pero del que "no se consiguió obtener una lámina estable hasta 2004".

"Es 300 veces más duro que el acero, flexible, transparente, altamente conductivo e impermeable, el único que no deja pasar el helio. Es el material soñado", señaló. Alonso dedicará los próximos cinco años a comprimir la luz a nanoescala para hacer "dispositivos ópticos que sean más potentes, veloces y pequeños que los electrónicos". El moscón también liderará una investigación desde Asturias para acoplar luz a una molécula y poder así modificar su química. "Es un trabajo muy ambicioso", añadió.

Pablo Alonso adelantó sus próximas líneas de trabajo en una charla sobre nanoóptica que impartió con motivo del 25 aniversario de la Facultad de Ciencias. El físico, que dejó el centro nanoGUNE del País Vasco para desarrollar en el Principado sus avances con la aplicación del grafeno en la Universidad de Oviedo, empezó su ponencia comparando el espesor del grafeno (0,38 nanometros) con el tamaño de una bacteria (1 milímetro) para hacerse una idea de lo que supone este nuevo material. "El grafito, el que tienen los lápices, sería un tocho de folios, mientras que el grafeno sería un único folio", explicó para acercar su conocimiento a los jóvenes estudiantes.

Según profundizó Pablo Alonso, las propiedades ópticas del grafeno son "sintonizables", se puede cambiar aplicando un campo eléctrico. Esto quiere decir, que podríamos crear "las linternas más potentes y pequeñas que existen". El científico comentó uno de sus últimos avances: excitar con una punta afilada metálica los plasmones (oscilaciones de electrones que existen en la interfaz entre dos materiales) del grafeno. "He querido acercar la labor de investigación que se está haciendo con nuevos materiales. Los jóvenes piensan que es un campo que se está apagado cuando es muy activo", concluyó.