El Principado defiende la validez de sus protocolos en caso de contaminación. La consejera de Infraestructuras, Ordenación del Territorio y Medio Ambiente, Belén Fernández, ha defendido hoy la utilidad de los protocolos diseñados por su departamento para aplicar en las situaciones en las que "la meteorología dificulta que las partículas contaminantes se dispersen en la atmósfera". La última activación se produjo el pasado 1 de noviembre en la comarca de Avilés, que entró en "prealerta" por contaminación.

Además, ha recordado que tanto los protocolos como los dos planes de mejora de la calidad del aire vigentes, el de la comarca de Avilés y el de la aglomeración de Gijón, están siendo revisados. También ha anunciado que previsiblemente se establecerá un nivel adicional, denominado "de prevención" en el que, ante fenómenos de inversión térmica y valores diarios de partículas altos y continuados se exigirán determinadas medidas, con el fin de contribuir a que no se rebasen los límites que lleven a activar la prealerta o que, de rebasarse, dicha superación resulte más baja que la que se produciría en ausencia de medidas.

En su comparecencia ante la Comisión de Infraestructuras de la Junta General, Fernández ha precisado que adoptar las medidas incluidas en esos protocolos no implica que se esté incumpliendo la legislación. De hecho, ha indicado que su activación, incluso más de una vez al año, es perfectamente compatible con el cumplimiento de la normativa ambiental.

"Con la ley europea y española de calidad del aire en la mano, es legal superar anualmente hasta 35 días la concentración de partículas por encima de 50 microgramos por metro cúbico. Pues bien, frente a este margen, con los protocolos que aplicamos en Asturias, cuando esa superación se produce 3 días y hay previsiones de estabilidad atmosférica para los siguientes, se activa el nivel de prealerta y se adoptan las medidas consiguientes", ha explicado.

La titular de Medio Ambiente ha añadido que en otras comunidades no hay activaciones de este tipo, no porque no sufran situaciones de concentración de polución similares a Asturias, sino porque carecen de los instrumentos preventivos y protocolos de los que si se dotó el Principado.

Por último, la consejera ha subrayado que la evolución de los datos de la red oficial de calidad del aire en Asturias muestra una mejora contundente, generalizada y continuada en los últimos doce años. En concreto, las zonas oriental y occidental cumplen plena y holgadamente los diferentes valores límite u objetivo que para los distintos contaminantes del aire establece la legislación ambiental vigente.

Por su parte, la comarca de Avilés y la aglomeración de Gijón, para las que se elaboraron en 2014 sendos planes de calidad del aire con el propósito de atajar el problema con las partículas PM10 en 2 de las 22 estaciones de medición (avenida de la Argentina, en Gijón, y Matadero, en Avilés), cumplen los valores límite legales para todos los contaminantes desde 2011, con la excepción de las partículas en suspensión, y en una única estación, la del Matadero, situada a la entrada de la Inspección Técnica de Vehículos (ITV) de Avilés y en un entorno portuario. Una estación que, como el propio ministerio ha reconocido recientemente por escrito, no es representativa de la calidad del aire que se respira en los núcleos urbanos de Avilés o Salinas.