La Coordinadora Autonómica Izquierda Socialista de Asturias ha entrado de lleno en el tumultuoso choque de facciones en que se ha convertido el PSOE acordando exigir a la gestora que dirige el partido la convocatoria con "carácter inmediato" de un proceso de elección entre la militancia del próximo secretario general del PSOE y la celebración de un congreso extraordinario que reafirme los principios y valores socialistas y los sitúe en la izquierda, "sin ambigüedades".

En una reunión celebrada en la Casa del Pueblo de Avilés, la coordinadora ha aprobado por unanimidad un comunicado en el que evidencia su posición en la acentuada división que vive el partido dentro y fuera de Asturias. La corriente anuncia que quiere que los socialistas estén "abiertos al diálogo con otras fuerzas progresistas y de izquierdas, los movimientos sociales y las demandas de las organizaciones sindicales de clase". Izquierda Socialista trasladará sus conclusiones a la Comisión Ejecutiva de la Federación Socialista Asturiana (FSA) y entre ellas la convicción de estar viviendo "con enorme preocupación" el deterioro al que asegura que está sometido su partido.

La corriente socialista se muestra además muy crítica con la labor desarrollada hasta ahora por la comisión que dirige el presidente del Principado, Javier Fernández. Sostiene que "lejos de conducir a la normalización democrática que toda la militancia desea, acelera el descrédito de nuestro partido, para satisfacción de la derecha y el resto de fuerzas políticas", asegura el comunicado. A juicio de los rectores de Izquierda Socialista, "el PSOE precisa avanzar en su democracia interna y renovación, la incompatibilidad de cargos orgánicos e institucionales y la limitación de mandatos de nuestros dirigentes, a la par que estimula la participación activa y el empoderamiento de la militancia, para conectar con las bases sociales a las que debe y queremos representar".

Izquierda Socialista denuncia además "el liberalismo a ultranza que se conjuga con la ola de neofascismo que hoy recorre el mundo, exponentes de un sistema incapaz de dar soluciones justas a los problemas reales que afectan a la sociedad", así como "el deterioro de los derechos humanos, las injusticias sociales, la falta de solidaridad internacional, la pobreza y el hambre que agudizan la desigualdad en el mundo, la explotación del hombre por el hombre que busca refugio en doctrinas populistas, excluyentes, xenófobas y violentas". "Un empuje que debemos combatir fortaleciendo los valores de la igualdad, la solidaridad y la lucha por el progreso en los que se inspiran los principios socialistas", concluye.