La restauración del entorno del túnel que da paso a la Autovía del Cantábrico (A-8) bajo la ría de Villaviciosa es una de las principales propuestas de actuación que se incluyen en el Plan Territorial Especial de Costas que acaba de aprobar el Principado. El planteamiento, con un presupuesto estimado en 1,2 millones de euros, se marca como objetivos recuperar el paisaje propio del estuario y la reconstrucción de los hábitats propios de las zonas húmedas que se perdieron con la ejecución de este tramo maliayés de la Transcantábrica, inaugurado en 2003, cuando Francisco Álvarez-Cascos, actual secretario general de Foro, estaba al frente del Ministerio de Fomento.

Los redactores del plan estiman que, además de para el paisaje, la flora y la fauna, la actuación también resultaría interesante para favorecer el uso público del enclave, con el traslado del centro de interpretación del espacio protegido de la ría que actualmente está en la carretera de Tazones y cuyo acceso es complicado a causa del tráfico.

El plan regional de costas confirma que los aledaños de la ría maliayesa y el entorno de la playa de Rodiles constituyen uno de los puntos del litoral asturiano con mayor presión urbanística. El informe detecta en esta zona más de noventa edificaciones con un impacto que se considera incompatible con el medio. Otro de los enclaves conflictivos está en Somió, la parroquia residencial más emblemática de Gijón. Lo prueba el que los autores del estudio hayan localizado trece construcciones en situación de infracción urbanística o que se pueden considerar ilegales. De ellas, diez hacen las funciones de residencias ocasionales de fin de semana o de vacaciones. Algunas están ubicadas a escasos metros del acantilado y en su mayor parte fueron levantadas en los años ochenta del pasado siglo.