El proyecto del gas licuado forma parte de un programa de investigación de Renfe en materia de gestión económica sostenible en el que también se enmarcó el polémico "Fabiolo", el primer tranvía de hidrógeno de Europa. Fue desarrollado a partir de un coche de la popular serie 3400 de la extinta Feve, pero nunca llegó a entrar en funcionamiento. Costó un millón de euros y quedó aparcado en la estación de Pravia, donde se construyó. En todo caso, Renfe sigue trabajando con el hidrógeno, ya que sus técnicos sostienen que se trata del "combustible renovable del futuro" y que en el ferrocarril es muy aprovechable para vehículos ligeros y líneas con bajas ocupaciones.