La intercepción de un caza ruso relativamente cerca de la costa de Gijón, ocurrida el pasado jueves, "no representa peligro alguno, no tiene importancia", según el coronel en la reserva Rafael González Crespo, que fue durante cinco años Delegado de Defensa en Asturias y dirigió posteriormente la residencia militar del Coto, en Gijón.

Para González Crespo, conferenciante, escritor y experto en asuntos rusos, "se trata de un tipo de maniobra que la hace todo el mundo, y con la que se pretende comprobar la capacidad de defensa de las fuerzas de otros países".

Y es que este tipo de maniobras han podido realizarlas perfectamente las fuerzas de la OTAN en Crimea o el Báltico en fechas recientes, sin mayores consecuencias. "No conviene alimentar el alarmismo, la posibilidad de un conflicto es remota", cree este veterano coronel, autor de libros como "El lado cálido de la guerra fría", "Las claves ucranianas" o "Cambio hoz y martillo por 4x4 con lunas tintadas".

González Crespo indicó que la intercepción del caza ruso realmente "no fue tan cerca de la costa gijonesa", y un incidente similar ya se produjo hace unos 20 días en la costa de Bilbao. El coronel de la reserva indica además que la posibilidad de incidentes de este tipo no es tan rara.

"Tendemos a pensar que Rusia está muy lejos, pero uno se pone en Moscú desde Madrid en poco más de dos horas. El piloto del caza interceptado seguro que llegó a Moscú a tiempo para cenar tranquilamente en su casa", indicó. Para este coronel en la reserva, "la posibilidad de conflicto actualmente con Rusia es muy remota".

La aeronave, Sukhoi-35, hizo saltar las alarmas cuando volaba por el Cantábrico, aunque siempre permaneció fuera del espacio aéreo español, a 12 millas. El caza fue interceptado a la altura geográfica de El Musel por dos reactores F-18, pertenecientes al Ala-15 de Zaragoza.

El avión atravesó el frente marítimo de Portugal, Galicia y también alcanzó Cádiz y Huelva. Antes fue seguido por aeronaves de otros países durante su maniobra de "traza de tanteo", como así se llaman los vuelos de la fuerza aérea rusa cuyo objetivo es calibrar los tiempos de reacción y buscar fallos en procedimientos de respuesta defensivos de países europeos.