El caso de una niña de 12 años que practicó una felación a un compañero en un autobús mientras el resto lo grababa con sus móviles hizo que saltaran todas las alarmas. El fiscal decano delegado de menores de Asturias, Jorge Fernández Caldevilla, alertó ayer de la obligación de los padres de velar por los hijos en el ejercicio de la patria potestad, lo que les ampara para que controlen las redes sociales que utilizan y los contenidos a los que acceden.

Fernández Caldevilla participó ayer en la jornada "Respetando la intimidad: protección y trato cálido", organizada por la Consejería de Servicios y Derechos Sociales y en la que se presentó una guía sobre el respeto a la intimidad en el ámbito de los servicios sociales. El fiscal de menores explicó ante un nutrido público la protección de la intimidad de los niños y jóvenes, y el reto que supone la educación con las nuevas tecnologías.

Tras explicar los derechos al honor, la intimidad y la imagen de los menores y las consecuencias que tienen las publicaciones de fotografías o datos que permitan su identificación, Caldevilla se refirió al impacto de las nuevas tecnologías y las redes sociales y el derecho o el debe de los padres a controlar los dispositivos que utilizan sus hijos menores de edad.

"Con las nuevas tecnologías los efectos se multiplican enormemente, porque los menores no son conscientes de la trascendencia de ese tipo de comunicaciones y utilizan móviles con los que su imagen y sus comentarios llegan a todo el mundo y son imposibles de parar, amparados también en el anonimato", advirtió.

Se refirió al caso de una niña de 12 años que en un autobús durante una excursión le practicó una felación a un compañero mientras los demás lo grababan con sus teléfonos. Aquellas imágenes circularon rápidamente y fue el propio centro el que actuó al tener conocimiento. La Fiscalía actuó, hubo que requisar todos los móviles y cumplir con la orden de borrar y hacer desaparecer ese vídeo.

"Ese fue un caso, pero hubo alguno más en el ámbito escolar", explicó el Fiscal rechazando entrar en detalles.

Surge entonces la duda sobre si los padres pueden o no invadir la intimidad de sus hijos y mirar sus móviles o su Facebook, Twitter, Instagram... Fernández Caldevilla utilizó una sentencia para explicar que no sólo pueden sino que deben.

El caso fue el de un juicio a una mejor por agresiones sexuales. El caso se descubrió cuando la madre controló el Facebook de su hija y descubrió quién era el hombre que finalmente resultó acusado. La defensa pidió que se invalidara la prueba al ser ilegal por haber accedido a ella sin el consentimiento de la hija.

"La conducta de la madre estuvo amparada por una causa de justificación", indicó el fiscal. "Todos los derechos tienen su contrapunto, y los padres están obligados a velar por el interés de los hijos". Añadió Fernández Caldevilla que "existe poca conciencia entre los menores en la protección de su intimidad. Es necesario más educación en este sentido en los colegios. Formación, educación y supervisión".