Juan Carlos Cordero y su hijo Daniel se levantarán hoy a las seis de la mañana. Esperan "nevadona" y tendrán que sacar la pala para limpiar a conciencia los accesos a su restaurante La Braña, ubicado en el pueblo más alto de Asturias: La Raya. Pero los alleranos están "encantados" con el temporal y el madrugón: "Vivimos de ello". Y la masa de aire polar que azota la región no ha hecho más que acentuar su hambre y ganas de nieve. Tanto en los pueblos de montaña como en las tiendas de esquí. El frío calienta los comercios en un inicio de temporada "mucho mejor" que el anterior y la previsión para los próximos días es "positiva". La borrasca se recrudece hoy en el Principado, que estará en alerta por fuertes nevadas -la cota bajará hasta los 800 metros- y oleaje. Ayer en Urriellu, los copos se metían por las orejas.

"No salí de casa, es imposible: está nevando mucho, hay viento y niebla. Si intento salir, la nieve me entra en las orejas", decía al otro lado del teléfono Íñigo Garmilla, guarda del refugio del Naranjo de Bulnes. A más de 2.000 metros de altitud, la capa de nieve alcanzaba "los 20 o 30 centímetros de espesor". Nada que ver con Leitariegos, donde el manto blanco alcanzaba tan sólo "dos dedos", según el presidente de la parroquia, Jesús Matías. "Aquí no tenemos ni complicaciones para circular por la carretera. Hubo que recoger el ganado, pero la nieve es buena para todo: regenera los manantiales y mata las plagas. Desde luego que es mejor que caiga ahora y no en mayo", comenta Matías, para añadir a continuación: "Mal tiempo en su tiempo es buen tiempo".

En Aller, los copos pasaron de La Raya. El pueblo amaneció ayer pintado de blanco y hoy se espera que las máquinas quitanieves tengan faena durante todo el día. También los vecinos tendrán que sacar la pala. "Antes de abrir el bar, habrá que limpiar los accesos. Es lo de todos los años, pero ya había ganas de ello", reconoce Juan Carlos Cordero. Unos cuantos metros más abajo, los empresarios dedicados a la ropa de invierno se frotan las manos. Por fin aprieta el frío y eso se traduce en ventas. "Empezamos mucho mejor que el año pasado. Ahora tenemos medio metro de nieve y mañana (por hoy) nevará con ganas. Los pronósticos del tiempo dicen además que seguirán cayendo copos de forma continua hasta principios de diciembre", explica José Vaquero, responsable de la tienda Skimal, en Felechosa. Lo mismo expresa David Argüelles, presidente de la Unión de Comerciantes de Asturias y responsable de una tienda de deportes: "Las ventas se están moviendo más, aunque tampoco son para tirar voladores". Eso de momento. Porque el temporal, lejos de remitir, se intensifica hoy con más nieve y olas.

El delegado de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) en Asturias, Manuel Antonio Mora, detalla el origen de este fenómeno: "La situación actual se debe a una borrasca que está sobre la Península, con un embolsamiento de aire frío en niveles medios. En bajos, el centro de la borrasca se encuentra actualmente sobre las costas mediterráneas. A lo largo de los próximos días, su centro en superficie rodeará la Península siguiendo un giro antihorario de forma muy rápida, pasando por el Cantábrico (hoy), oeste de Portugal (mañana) y finalmente el Golfo de Cádiz (sábado), debilitándose durante el domingo".

En el caso de Asturias, la ola de frío será especialmente fuerte hoy, con cotas de nieve que se situarán entre 800 y 1.000 metros de altitud, lo que significa que baja 100 metros con respecto al día de ayer. Las acumulaciones, según Manuel Antonio Mora, serán "notables" en zonas altas de montaña, donde además soplarán rachas muy fuertes de viento. El Principado estará también en alerta amarilla por fenómenos costeros, con olas que en principio no subirán demasiado: hasta los dos o tres metros. Los termómetros oscilarán entre 13 y 5 grados. Mañana, con el centro de la borrasca más alejado, los cielos estarán poco nubosos y sin precipitaciones y se esperan heladas en el interior. Durante el sábado y el domingo, las temperaturas aumentarán lentamente y predominarán los intervalos nubosos, aunque sin descartar la posibilidad de alguna lluvia débil.