Siete mujeres han sido asesinadas por su parejas en Asturias desde 2012. Solo una de ellas había denunciado previamente a su futuro asesino por malos tratos. En el resto de los casos, las fuerzas de seguridad y los jueces desconocían el riesgo que estaba corriendo la víctima. El dato pone de relieve la importancia de la denuncia para poner freno a una espiral de violencia que puede desembocar en situaciones irreversibles. A nivel nacional, la relación entre crímenes machistas y denuncias previas es menos abultada que en Asturias. De las 259 víctimas mortales registradas en los últimos cinco años en el conjunto del Estado, habían presentado denuncia previa un total de 67, una de cada cinco, según datos facilitados con motivo del Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.
En Asturias, las denuncias por violencia de género descendieron en 2015 respecto a años anteriores y justamente ese año se registraron tres asesinatos, cuando el año anterior no se había producido ninguno. En 2012 se presentaron un total de 2.431 denuncias. Al año siguiente hubo un ligero incremento, y las fuerzas de seguridad tuvieron conocimiento de 2.438 casos. En 2014, la cifra de denuncias alcanzó el pico, con 2.486. En 2015, los casos cayeron a 2.359, un cinco por ciento. En 2016, todo apunta a que las denuncias han vuelto a incrementarse. En la primera mitad del año -son los únicos datos disponibles, facilitados por el Consejo General del Poder Judicial- se presentaron un total de 1.319 denuncias, 182 más que en la primera mitad de 2015, lo que supone un incremento del 16 por ciento. El número de mujeres víctimas de violencia es ligeramente inferior a las denuncias. En la primera mitad del año fueron 1.295, lo que indica que algunas de ellas tuvieron que presentar más de una denuncia contra sus maltratadores.
Otro dato preocupante es el gran número de mujeres que renuncian a declarar contra sus agresores. En el primer semestre, este desistimiento se produjo en 209 de 1.319 casos registrados, un 15,6 por ciento. Esto quiere decir que casi una de cada seis mujeres se vuelve a atrás en su denuncia. Lo cierto es que había más renuncias antes. En 2012, por ejemplo, evitaron declarar contra sus agresores una de cada cuatro denunciantes, esto es, en 600 de los 2.400 casos.
