El reto lo planteó ayer en Mieres el geógrafo y profesor de la Universidad de Salamanca Rafael Menéndez: hay que conseguir que haya diez mil nacimientos al año en Asturias.

Las estadísticas señalan que no, que por el momento nos quedamos en esos aproximadamente 6.500 bebés que no son, por su número, garantía de futuro. Ni de lejos.

La segunda jornada del ciclo "El desafío demográfico en Asturias" que el PP organiza estos días en Asturias, miró anoche al occidente y al mundo rural donde el impacto del despoblamiento se hace más visible.

Junto a Rafael Menéndez hablaron en la Casa de Cultura mierense dos mujeres jóvenes con historia detrás. La diseñadora Maite Prida nació en Canarias pero de familia asturiana. Desde su casa rodeada de bosques en el concejo de Aller trabaja y vive. "Hago lo mismo que en una ciudad, solo que aquí estoy entre árboles y allí estaría entre coches".

Lorena Fernández es ganadera de Villayón, nombrada en 2015 Ganadera Joven del Año. Iba para Magisterio pero la vida pega requiebros inesperados y uno de ellos fue la muerte de su madre. Y ella, en compañía de su padre y su hermana, ayudaron a crecer una ganadería con 74 reses frisonas de las que se siente orgullosa. "No todo fue un camino de rosas, pero hoy tenemos 23 hectáreas y veo en mi entorno un futuro próspero para mis hijos". Lorena tiene dos y se felicita por poder "trabajar y, a la vez, criarlos".

Lorena y Maite son dos ejemplos de rurales vocacionales. Una es asturiana, la otra eligió esta tierra para, parapetada en las nuevas tecnologías y una buena conexión a Internet, trabajar en lo suyo, el diseño y la edición.

La teoría la puso Rafael Menéndez, que recordó que desde 1985 en Asturias mueren más personas que nacen. "Esto acaba de ocurrir por vez primera en España", dijo el investigador del Cecodet. No solo el crecimiento vegetativo está en números rojos, sino también el balance migratorio. La conclusión es que "el pasado año Asturias perdió unas diez mil personas. Estamos ante el mayor problema de la sociedad asturiana". Menéndez pidió incentivos a la natalidad "que para que sean eficaces necesitan acuerdo social y estabilidad en el tiempo". No es fácil implementarlos en Asturias, "una región tradicionalmente poco natalista".

El invierno demográfico nos afecta a todos, pero de forma especial a los concejos que son "fondos de saco de infraestructuras", como Ponga o Amieva. En el año 2014 en 33 concejos asturianos -explicó- se registraron menos de 16 nacimientos. Y en dos de ellos, ninguno. Rafael Menéndez recordó cómo "el éxodo rural se vio en su momento como un signo de modernidad, y ese error lo estamos pagando", dijo.

Vivir en el entorno rural no es fácil y la Administración no ayuda. Lorena Fernández puso un ejemplo sufrido en carne propia: "a la muerte de mi abuelo tuvimos que pagar 24.000 euros del impuesto de sucesiones".