María y Ángel -nombres ficticios en ambos casos- tienen dos nietos fruto del segundo matrimonio de su hijo, que se separó cuando los niños aún eran pequeños. De eso hace ya algunos años, y desde entonces los abuelos los han visto en contadas ocasiones y por poco tiempo.
El padre de las menores explicó que su exmujer hace todo lo posible para que tampoco él pueda ver ni estar con sus hijos, lo que dificulta aún más las relaciones. "Es muy injusto, porque ellos son mayores y después de años de separación, todavía se acuerdan de ellos a diario y se lamentan de no poder compartir ni una tarde cada cierto tiempo", afirmó. "El conflicto entre mi exmujer y yo es casi permanente, y con el tiempo en vez de ir a mejor va a peor. Sé que mis padres podrían reclamar judicialmente verlas, pero su edad es muy avanzada y sería muy traumático verse en un juzgado. Vale que me odie a mí, pero mis padres no tienen la culpa".