La resaca de la incursión de Pedro Sánchez en Asturias ha despertado la rivalidad y ha reactivado la discordia entre los dos flancos del PSOE de la tierra del presidente de la gestora. La "guerra de cifras" de asistentes al acto del parque de La Laguna de El Entrego se añade a la evidente discordancia de fondo entre mensajes y pone a los fieles asturianos a Sánchez en guardia contra quienes "menosprecian" un acto que "sale de la militancia". La diputada Adriana Lastra precisará que no dirige la crítica expresamente a la FSA, sino de modo genérico a los que, a su juicio, han tratado de restar valor a un acto, repite, levantado "a pulmón por la militancia".

La ida y vuelta de cálculos de asistencia, que se ha sucedido sin valoración oficial y de forma más o menos soterrada desde la tarde de sábado en la que Sánchez actuó en El Entrego, agranda la brecha entre el sector oficialista afín a la gestora y los que permanecen junto al ex secretario general. "Yo nunca cuestiono que venga un compañero y organice un acto", sigue Lastra. "Me alegré de que Javier Fernández y Alfonso Guerra reunieran a cuatrocientas personas en Gijón, o de que Eduardo Madina tuviese a cien a su lado en Taramundi". A su vista, la visita del sábado tiene el valor de haberse promovido con los esfuerzos de los afiliados, "sin ayuda y con palos en las ruedas", con "la gente pagando a escote los autobuses". "Ni este partido ni sus militantes merecen que lo menosprecien", subraya.

Persevera la parlamentaria en la certeza de que el suyo es "un proyecto en positivo" que trata de "evitar cualquier confrontación" y tras valorar sin cifra un auditorio que "ha sobrepasado cualquier expectativa" ve probado que éste es "un proyecto colaborativo de mucha gente".

Otro de los significados apoyos de Sánchez, el alcalde de Laviana, se hizo muy visible en la organización de la reunión del sábado y ayer manifestó en Facebook cierta sorpresa a la vista de "tanta preocupación y malestar" en torno al acto. "¿Qué hay de malo -se pregunta- en que tantos hombres y mujeres de todas las edades se reúnan para debatir sobre el futuro del PSOE?" Adrián Barbón se revuelve contra la reacción "lamentable", dice, "de algunos que, en vez de alegrarse de que tantos socialistas se reúnan para reivindicar la necesidad de un PSOE fuerte o de mantener un respetuoso silencio se dedican entre bambalinas a hacer de aprendices de Rasputín". El sábado, abunda, "decían que éramos 382; luego, como era insostenible y ridículo, que 637. Datos curiosos si tenemos en cuenta que sólo sillas había 700", remata el regidor, que añade que pretende seguir ajeno a la "guerra de cifras" y a "ataques a compañeros porque piensen diferente".