Asturias es la cuarta comunidad autónoma con mayor riesgo de accidentalidad en la red de carreteras del estado, puesto que el 15,3 por ciento de los kilómetros son considerados como puntos negros o rojos, es decir, con un riesgo elevado o muy elevado, por encima de la media nacional del 13,2.

Según el último informe de EuroRAP, en el que participan el RACC y el RACE, Asturias cuenta con el tercer tramo de carretera más peligroso de España, entre los kilómetros 66,6 y 87,1 de la N-630.

El más peligrosos es un tramo de 12,5 kilómetros de la carretera N-435, entre el municipio de Almendral y la variante de Barracota, en la provincia de Badajoz.

El segundo tramo con mayor riesgo de accidente está en Lugo, entre los kilómetros 535,2 y el 549,5 de la N-120; el siguiente en Asturias, entre el 66,6 y el 87,1 de la N-630; el cuarto en A Coruña, entre el 47,3 y el 54,8 de la N-547, y el quinto en Lleida, entre el 193,9 y el 204,4 de la N--260.

El informe revela que los tramos de riesgo elevado se han reducido del 14,1 % al 13,2 %, mientras los de riesgo reducido han aumentado del 69,7 % al 72,7 %.

Pero preocupa que haya cinco tramos que repitan en el listado de los de mayor riesgo, entre ellos el de Badajoz y el de A Coruña, en este caso entre Melide y Boente.

Cantabria, Aragón y Castilla y León son las comunidades con mayor riesgo de accidentalidad, con el 20,9, el 18,8 y el 15,6 por ciento de kilómetros calificados como puntos negros o rojos, frente a la media nacional del 13,1 por ciento.

Ese informe ha analizado el nivel de riesgo de 24.805 kilómetros de carreteras españolas, según los datos de accidentalidad de los años 2013 a 2015, y muestra que un 13,2 % de ellos, es decir un total de 3.264, tienen un alto nivel de peligrosidad.