Belén recibió ayer a la Virgen María y a San José con una temperatura más otoñal que invernal y con un sol radiante que dio más luz al esperado nacimiento de Jesús. Ella llegó embarazada y él tirando del caballo en el que montaba, cansada pero sonriente, su esposa. En la céntrica plaza de Belén ambos saludaron a los curiosos para después entrar en la iglesia, donde se obró el milagro.

Con el Niño Jesús (de Valdés) en brazos, la pareja religiosa se dejó agasajar por los vecinos de la parroquia de La Montaña que todos los años desde hace nueve se visten de época para celebrar el nacimiento de Jesucristo animados, en parte, por el nombre del pueblo.

Manuel José González se viste casi todos los años de Rey Baltasar para, en parte, hacer feliz al pueblo. "Sin duda es una fecha especial para la parroquia y hay que colaborar para que este teatro continúe vivo", dijo con la cara bien pintada de negro. Pese a ser día de fiesta, ayer participaron en este particular nacimiento viviente valdesano 50 figurantes. Lilia García fue una de ellas. Contó esta vecina de La Montaña que es "un gusto" poder hacer la recreación cada año y por estas fechas de paz. Ella se viste todos los años de época y adora al Niño Jesús "como se merece, con rosquillas y jerez".

Su amiga Justa González hizo este año de paje. La pasada Navidad un problema de salud dejó a esta vecina en casa. "Este año tenía que venir sí o sí", contó antes de entrar en la iglesia.

La celebración cuenta con el beneplácito del cura de la parroquia, Emilio Menéndez, quien todos los años agradece a los vecinos tan denodado esfuerzo. "Aquí no quieren hacer de la Navidad un tabú como en otros lugares", dijo. El párroco animó a los feligreses a hacer en un futuro la misa en asturiano y cantó villancicos animado por la ilusión de los asistentes. Muchos fueron los que dejaron a un lado otros planes típicos de Navidad para acercarse a Belén en tan significativo día. En la iglesia no faltaron niños vestidos de pastores ni niñas con el atuendo de asturiana.

La pequeña Vega Arias, de once meses, fue una ellas. Su abuela presumió del traje de la pequeña que, con chal incluido, estaba hecho a medida para la ocasión. "Si se puede, hay que venir a estas celebraciones. Son muy especiales para todos", opinó. Durante la recreación se cuenta que Jesucristo nació en Belén, al abrigo de las cumbres Estoupo y Panondres y que todos los vecinos fueron a conocer quién era siguiendo una estrella para "darle calor". El singular pregón es obra de la escritora y colaboradora de LA NUEVA ESPAÑA Esther García. Este año, también se recordó al profesor fallecido del Seminario de Oviedo Silverio Cerra, quien escribió que Jesús de Nazaret bien pudo nacer en Valdés y no en Judá, según alguna biografía apócrifas del Señor.