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La promoción de los funcionarios

La Universidad premiará la producción científica frente a la actividad docente

La institución académica confía en elevar su posición en los rankings con los nuevos criterios de acreditación del profesorado

Una reunión del Consejo Social de la Universidad, con el presidente, Ladislao Azcona, al fondo de la imagen, y a la derecha, el secretario, Ignacio Villaverde, y el rector, Santiago García Granda. LNE

Aumentan las exigencias para ser catedrático y profesor titular de Universidad pero, a cambio, la institución académica se asegura un mejor posicionamiento en rankings internacionales. Con la introducción de nuevos criterios para la acreditación del profesorado de la Universidad española, el equipo rectoral asturiano que encabeza el químico Santiago García Granda, quiere dar más importancia a la investigación y no tanto a la docencia o la antigüedad en el puesto como se venía haciendo hasta ahora. Se trataría de realizar una evaluación más justa y ponderada del profesorado que al mismo tiempo implica una valoración más cualitativa que cuantitativa -tal como se venía realizando hasta el momento actual- para dictaminar si un profesor es o no apto para una determinada plaza. En resumen, lo que se pretende, en adelante, es premiar la producción científica frente a otros criterios que mandaban hasta la fecha como la antigüedad en la docencia.

En el nuevo sistema de acreditación que ha puesto en marcha la Agencia Española de Evaluación del Profesorado (Aneca), los puntos de antes se han sustituido por letras (de A, "excepcional", a E, "muy bajo") y son las que dictaminan si el profesor es el adecuado para optar una plaza. Lo que la Universidad de Oviedo quiere lograr dando prioridad a la producción científica de los docentes es que estos realicen "menos publicaciones pero más en el top", esto es, que lleven a ocupar los primeros puestos en calidad científica. A mayor número de publicaciones no solo repercute en el profesor sino en el área de conocimiento al que se adscribe de manera sean los mejores de cada área los que promocionen

Con los antiguos criterios, se obtenía la máxima calificación en los méritos de investigación para acreditarse a catedrático si el candidato tenía reconocidos cuatro sexenios de investigación (un sexenio corresponde a obtener una evaluación positiva de seis años de actividad investigadora acreditada). Se mantiene idéntico interés por el reconocimiento a la actividad investigadora pero se busca que los resultados de esa investigación vean la luz en las publicaciones que son referente en cada una de las áreas de conocimiento. En Ciencias de la Educación, por ejemplo, en el sistema anterior no hacía falta haber publicado en el Journal Citation Reports (JCR) para ser catedrático. Ahora, para obtener una calificación "B" (buena), se exigen cuatro publicaciones en el primer cuartil (en el tramo con impacto más elevado) del JCR, cuando en Educación hay muy pocos profesores con esos méritos. Hay quien ve en estos cambios una oportunidad de ganar tiempo ante el "tapón" de profesores acreditados, a la espera de obtener plaza, que se vieron lastrados por el parón de las tasas de reposición, frenadas por las medidas para contener el déficit público en el ámbito nacional.

En cualquier caso, el objetivo de todas estas medidas, insisten desde el ámbito académico, es hacer flexible el modelo para que haya más opciones a acreditarse combinando distintos méritos. No en vano, en los peores años de la crisis, cuando las tasas de reposición del profesorado universitario quedaron en suspenso, se generó una importante bolsa de acreditados que esperan promocionarse.

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