La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Apuntes De Mecánica Política

La imparable confrontación del PSOE

Los sanchistas denuncian maniobras de la FSA para "desestabilizar" municipios y gobiernos locales afines al exsecretario general

La imparable confrontación del PSOE

La confrontación en el PSOE asturiano es casi inevitable. La división entre partidarios de la gestora y sanchistas parece irreconciliable y se agrava. Incluso la figura del secretario general asturiano y presidente de la gestora nacional del partido, Javier Fernández, está cuestionada por algunos sectores del partido y cada cual ya empieza a contar apoyos de cara al futuro congreso federal. La dirección regional del partido ha comenzado a moverse para marcar sus afines y los sanchistas asturianos acusan al secretario de organización de la Federación Socialista Asturiana (FSA), Jesús Gutiérrez, de "desestabilizar agrupaciones y alcaldías".

En las últimas semanas se han producido reuniones en los municipios que ofrecen mayor respaldo a Pedro Sánchez, como Laviana, San Martín del Rey Aurelio y Mieres. En ellas, según denuncian fuentes sanchistas, "se establecen contactos con los sectores críticos de las agrupaciones, recurriendo en algunos casos a antiguos dirigentes socialistas". Entre los nombres de anteriores responsables del partido sobre los que se apoya la dirección de la FSA están, por ejemplo, el del exconsejero Graciano Torre y el del que fuera secretario general del PSOE de Mieres Balbino Dosantos.

Fuentes de la FSA admiten las reuniones, que consideran "movimientos para apuntalar posiciones en territorios que el sanchismo considera suyos". Y señalan que forman parte de una estrategia "natural y previsible". "Sólo pueden sorprender a alguien demasiado ingenuo", declaran dirigentes socialistas.

Los sanchistas, por su parte, denuncian "actitudes amenazantes". "No es que estén intentando fijar posiciones, sino que hay una orden de desestabilizar a los alcaldes y agrupaciones que han tomado posición favorable a Pedro Sánchez", aseguran para afirmar incluso la existencia de "presiones a cargos intermedios para que dimitan".

Pero los dirigentes regionales que participan y promueven esas reuniones consideran que se trata tan sólo de "recuperar el tiempo perdido". "Quienes cuestionaban los movimientos de Pedro Sánchez en la secretaría general del PSOE se mantuvieron callados durante nueve meses, lo que dura un embarazo, para que nadie interpretase que la dirección asturiana actuaba a la contra del líder nacional del partido. Ahora esa situación ha cambiado", recalcan.

Y afean en cambio la actitud de los partidarios de Pedro Sánchez. Señalan, por ejemplo, la existencia de una reunión en noviembre de 2015, con motivo de una visita a Gijón del que fuera secretario de organización del partido César Luena para preparar las elecciones generales de diciembre de ese mismo año. "Antes se produjo un encuentro con una docena de socialistas asturianos, capitaneado por Adriana Lastra, María Luisa Carcedo y el propio Luena", afirman.

En esa reunión, según las mismas fuentes, "se expuso que el resultado electoral se preveía negativo para el PSOE y que habría que ponerse en situación de congreso inmediatamente después" para garantizar la continuidad de Pedro Sánchez en la secretaría general del partido. "Mientras algunos peleábamos en la campaña electoral, otros ya daban por perdido el resultado", critica un dirigente próximo a Javier Fernández.

El clima ya adquiere semejanzas bélicas. La dirección regional del PSOE asturiano pudo conocer bien la división que existe en el partido y componer un mapa con los principales apoyos de los sanchistas. Una vez que la gestora tomó las riendas del PSOE, tras la forzada dimisión de Pedro Sánchez, el secretario de organización asturiano, Jesús Gutiérrez; el portavoz del PSOE en la Junta, Fernando Lastra, y el consejero de la Presidencia, Guillermo Martínez, recorrieron las agrupaciones y comprobaron en cuáles se asentaban las críticas hacia la gestora y la defensa de Pedro Sánchez.

El reparto del mapa regional arroja ahora algunas paradojas. Por ejemplo, los municipios de las cuencas mineras, que fueron el principal respaldo para aupar a Javier Fernández a la secretaría general del PSOE asturiano, acogen ahora una mayoría sanchista avalada por dirigentes locales y por el llamado "nuevo SOMA", que representa el actual secretario general del sindicato, José Luis Alperi, frente a otros dirigentes históricos. A la inversa, uno de los principales apoyos de Javier Fernández es la Agrupación Socialista de Avilés, controlada hasta hace algunos años por quien compitió con él por la secretaría general, Álvaro Álvarez.

La escenificación de la fractura de lo que ha venido en llamarse "javierismo", la unidad del partido en torno a la figura de su secretario general, se produjo en el comité regional del pasado 22 de diciembre. Aunque cada sector hace su propia lectura de victoria, ambos reconocen que se produjeron críticas a Javier Fernández hasta entonces inéditas. Los partidarios del secretario general asturiano creen que los sanchistas cometieron un "error táctico" porque "su dureza terminó por producir más adhesiones a la dirección regional". "Se vieron actitudes, en especial en el SOMA, que nada tenían que ver con la voz crítica pero leal que siempre mantuvo el sindicato", señalan. En cambio, los sanchistas consideran que el comité regional dejó a las claras una "preocupación inmensa" por parte de los actuales dirigentes y evidenció un clima nuevo de división y crítica hacia la gestora.

La tensión territorial en Asturias no es más que una manifestación de la que se propaga en el PSOE de cara al futuro congreso federal. Así, la cautela de Pedro Sánchez en anunciar si concurrirá a las primarias se debe sobre todo a la incertidumbre sobre cómo se celebrará ese congreso. Los sanchistas ya empiezan a sospechar, incluso, que se produzcan modificaciones en el censo o que se adopten decisiones dirigidas a cercenar los apoyos del exsecretario general, como una posible exclusión de la militancia del PSC en el proceso. "Si se manipulan las reglas del juego, es probable que la celebración del próximo congreso federal del PSOE acabe en los tribunales", advierten dirigentes próximos a Pedro Sánchez.

Pero mientras se determinan las fechas y condiciones del futuro cónclave nacional, cada sector "cuenta indios": suma casi cuerpo a cuerpo sus apoyos antes de medir fuerzas. "Esas reuniones se producen, se intensificarán y extenderán a todos los municipios", avisan dirigentes regionales del partido afines a la gestora. "Quienes públicamente cuestionan a la dirección regional no deben extrañarse si en sus territorios hay militantes que hacen lo propio con ellos", advierten.

Los sanchistas denuncian los contactos capitaneados por Jesús Gutiérrez, Guillermo Martínez y Fernando Lastra, "con llamadas amenazantes a algunos alcaldes incluidas, actuando con las formas de ordeno y mando que utilizaban antaño José Ángel Fernández Villa y su cohorte", asegura un dirigente partidario de Pedro Sánchez. El sanchismo asegura tener bajo su control las Cuencas: "La suma de alcaldes y secretarios generales, más el nuevo SOMA, hace que el movimiento sea allí imparable", afirman para asegurar que los partidarios de la gestora (y por tanto de Javier Fernández) "están en minoría en toda Asturias".

Pero la dirección regional advierte de que "la precipitación de algunos afines a Pedro Sánchez más preocupados por su propio futuro que por otra cosa" puede acabar cambiando el mapa del socialismo asturiano. "Ya lo está haciendo en España, donde la posición de los socialistas vascos, por ejemplo, ya muestra una sensibilidad diferente", aseguran. En cualquier caso, las antaño sólidas costuras del socialismo asturiano se deshilachan, a punto de romperse.

Compartir el artículo

stats