Los ecologistas asociados a "Greenpeace" escalaron el pasado abril los 52 metros de la columna de Nelson, en la concurrida Trafalgar Square, con un único fin: poner de manifiesto los niveles de contaminación del aire en Londres. A imagen y semejanza de los ingleses, los integrantes de la Plataforma medioambiental de Avilés colocaron ayer tapabocas a varias estatuas de la comarca para sorpresa de los vecinos, que se preguntaban qué hacían Carreño Miranda, "La Monstrua" o "La Foca" del parque del Muelle con mascarillas. La respuesta no se hizo de rogar. "Si los monumentos pudieran hablar, seguro que reivindicarían una ciudad libre de contaminación y donde la preocupación por nuestra salud y bienestar fuera una prioridad", señaló en un comunicado Fructuoso Pontigo, portavoz de los ecologistas.

La iniciativa de dicha organización tiene por lema "Ante la contaminación, no quedemos quietos". La Plataforma medioambiental de la comarca de Avilés terminó el pasado año y comienza este 2017 recordando "el grave problema de contaminación atmosférica, con datos sobre los principales contaminantes fuera de toda norma aplicable y que están incidiendo de manera muy importante en la salud y calidad de vida de todos los vecinos de la comarca".

"Nadie cuestiona que las recomendaciones de que para que las personas estén sanas necesitan respirar aire limpio y que la contaminación en Avilés está generando graves problemas de salud. Por ello, las políticas locales deben tener ante todo en cuenta nuestra salud y que la prioridad de tener una calidad del aire adecuada, basada en el principio de precaución y con un plan de calidad del aire ambicioso y que realmente funcione debería estar en la agenda diaria de las autoridades", dijo Pontigo. Ayer, el mensaje de los ecologistas caló hondo. A nadie se le despistó el "Tratante" de bronce del Carbayedo con mascarilla.